Los efectos del COVID-19 han impactado la manera en que las personas atienden otros aspectos de la salud como lo son las pruebas de detección temprana del cáncer.

Así lo muestra, por ejemplo, un estudio realizado por la División de Prevención y Control del Cáncer de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para determinar la relación entre los niveles de positividad en las pruebas de COVID-19 y cambios en la realización de pruebas de detección del cáncer entre las mujeres en el Programa nacional de detección temprana del cáncer de mama y de cuello uterino de los CDC.

“Durante el mes de abril de 2020, la realización de pruebas de detección del cáncer de mama y de cuello uterino se redujo en un 87 % y 84 % respectivamente, en comparación con el promedio para ese mes en los cinco años anteriores”, halló el estudio.

Para hacer frente a esta tendencia que ha marcado la pandemia, agencias y organizaciones de salud hacen un llamado constante sobre la importancia del cernimiento. Igualmente, los CDC han alertado acerca de la vinculación del retraso en la realización de las pruebas y el aumento en las disparidades de la salud.

Mediante estas pruebas se propone detectar precáncer o cáncer en estadios tempranos en personas asintomáticas, con el objetivo de reducir la morbilidad y la mortalidad. Un diagnóstico a tiempo puede resultar en un tratamiento con mayor probabilidad de éxito.

¿Cuáles son las pruebas de detección?

De acuerdo al director del Programa de control del cáncer y ciencias de la población del Centro Comprensivo de Cáncer de la Universidad de Puerto Rico, doctor Guillermo Tortolero Luna, entre los tipos más comunes en Puerto Rico se encuentran el cáncer de mama, el colorrectal, el de próstata y el de tiroides.

Aunque aclaró que no hay cernimiento para todos los tipos de cáncer, compartió las estrategias de detección temprana disponibles y señaló que aproximadamente entre el 50 al 60% de las muertes por cáncer se podrían prevenir con cernimiento.

Es importante señalar que las guías cambian según las recomendaciones se actualizan y que estas pueden variar según la organización que las publique.

Cáncer de mama

El entrevistado habló sobre la optimización de la tecnología de mamografía -imagen con rayos X- que ha mejorado su sensibilidad y precisión.

“Ensayos clínicos aleatorizados y otros estudios demuestran que la mamografía de cribado puede ayudar a reducir las muertes por cáncer de mama entre mujeres de 40 a 74 años con un riesgo medio de padecerlo, siendo las mujeres de 50 a 69 años las más beneficiadas”, informa el Instituto nacional del cáncer (NCI, por sus siglas en inglés).

Sobre la edad para hacerse la primera mamografía y la periodicidad, el doctor Tortolero Luna dijo que las recomendaciones apuntan a que sea a partir de los 50 años.

En las guías de 2016, el Grupo especial de servicios preventivos de Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) publicó que iniciar la mamografía de cribado antes de los 50 años es una decisión individual. Para la población de 50 a 74 años, el USPSTF recomienda que se realice cada dos años.

Cáncer cervical

Con relación al cáncer cervical, el doctor Tortolero Luna indicó que generalmente se tiende a recomendar las pruebas combinadas de Papanicolaou y la del virus del papiloma humano (VPH). No obstante, el experto sostuvo que pronto podría recomendarse la del VPH como una sola prueba efectiva, aunque por el momento las guías no han sido actualizadas.

En las guías de 2018, el USPSTF recomienda:

  • Cribado del cáncer de cuello de útero cada tres años con citología cervical sola en mujeres de 21 a 29 años.
  • Cribado cada tres años con citología cervical sola para las mujeres de 30 a 65 años. Cada cinco años con la prueba del virus del papiloma humano de alto riesgo (VPHr) sola. O cada cinco años con la prueba del VPHr en combinación con citología.

Cáncer colorrectal

En este caso, el experto mencionó la prueba de heces y la colonoscopía como las más recomendadas.

Como parte de las actualizaciones de las guías, en 2021 el USPSTF amplió el rango de edad en el que se recomienda el cribado del cáncer colorrectal: de los 45 a los 75 años. Anteriormente, comenzaba a los 50 años.

La frecuencia recomendada de la colonoscopía es cada diez años.

Cáncer de próstata

Tortolero Luna dijo que, aunque existe el análisis del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) para el cribado del cáncer de próstata, se recomienda que médicos y pacientes discutan los beneficios y los riesgos de la prueba antes de tomar la decisión.

“Alrededor de 2008, a medida que se iba conociendo más sobre los beneficios y los perjuicios del cribado del cáncer de próstata, varias organizaciones médicas profesionales empezaron a desaconsejar el cribado rutinario de la población con la prueba del PSA”, declara el NCI.

Cáncer de tiroides

El entrevistado comentó que las guías referentes al cáncer de tiroides han sido revisadas, ya que se consideró que el cribado ocasionaba más daño que beneficio. Por esta razón, en su guía de 2017, el USPSTF no recomienda el cribado del cáncer de tiroides en adultos asintomáticos.

Cáncer de pulmón

“Es una herramienta relativamente nueva, dirigida a una población más restringida”, expresó Tortolero Luna acerca de la prueba de imagen con bajas dosis de contraste para detectar el cáncer de pulmón.

El cribado del cáncer de pulmón mediante tomografía computarizada de baja dosis está recomendado por el USPSTF en adultos de 50 a 80 años con historial de tabaquismo de 20 paquetes al año, fumadores en la actualidad o que hayan dejado de fumar en los últimos 15 años. Debe realizarse cada año.

Consulta a tu médico las opciones de pruebas de detección temprana más adecuadas para ti, así como la edad de inicio del cernimiento y la periodicidad, y aclara dudas sobre los beneficios y los riesgos.

Para conocer más sobre las guías de detección temprana, visita: https://www.uspreventiveservicestaskforce.org.