El uso creciente de tecnología avanzada en la manufactura, los adelantos de comunicación mediante internet y la interconexión entre países están reestructurando la manufactura global.

Los acontecimientos más recientes provocados por el COVID-19, el cambio climático y las guerras han ocasionado la interrupción de la cadena de suministro, lo que ya afecta a muchas compañías que están limitadas de materia prima, productos que se importan de otros países para la manufactura de nuevas mercancías en sus respectivos mercados.

Como consecuencia de lo antes expuesto, ha comenzado una la tendencia conocida como re-shoring, que es traer de vuelta la producción de bienes de ultramar al país de origen. Eso se ha convertido en la política pública de Estados Unidos para reducir la vulnerabilidad de su cadena de suministro.

El gobierno federal ha reconocido la necesidad de aliviar los obstáculos y garantizar la producción nacional de productos que son fundamentales para la seguridad nacional y económica. La Ley CHIPS y Ciencia de 2022 autorizó un programa piloto que permitiría a los centros conocidos como Manufacturing Extensions Partnerships (MEP) brindar servicios centrados en la resiliencia de las cadenas de suministro a nivel local.

Como primer paso, el MEP del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), desarrolló el programa Optimización de la Cadena de Suministros y Red de Inteligencia (SCOIN, por sus siglas en inglés) para impulsar estos esfuerzos de la cadena de suministro. En los procesos de compra de productos la optimización es cada vez más importante, pues se evalúan factores tales como calidad, servicio, disponibilidad del producto, y el costo.

En encuesta realizada por la firma Deloitte, el 62 % de las empresas de manufactura en Estados Unidos han comenzado a realizar algún tipo de gestión para moverse en la dirección de re-shoring.

Ante la tendencia del re-shoring, debemos aprovechar y fortalecer nuestra manufactura local para suplir las necesidades de bienes a las empresas grandes y multinacionales pertenecientes principalmente al modelo económico del cluster principle, un conjunto de empresas de manufactura o grupos con relación por aproximación, mismos tipos de industrias, con alguna relación económica.

El primer paso es entender nuestras capacidades y necesidades de productos y que traemos de fuera de los Estados Unidos para disminuir riesgo. Con dicha información podremos establecer las estrategias de crecimiento a corto, mediano y largo plazo de la manufactura local.

Para fortalecer nuestra cadena de suministros y poder proveer los bienes a los clusters, tales como Aeroespacial, Medical Device, Alimentos y Biociencias y Farmacéuticas, tenemos que lograr que dichas empresas se integren en el desarrollo de los proveedores potenciales locales.

Una cadena de suministro local capaz de proveer la mayoría de las necesidades de bienes reduciría la dependencia global y minimiza la vulnerabilidad. El Programa SCOIN recomienda un modelo para estimular la compra local y diseñar un programa que provea un certificado a las empresas que compren localmente, de acuerdo con la cantidad monetaria y su efecto tendrían un incentivo contributivo.

Necesitamos como estrategia desarrollar una base sólida de empresas locales que puedan fabricar y proveer los productos que se necesiten y disminuir la dependencia de compras de productos extranjeros. En la medida que cerremos ese gap de necesidades, estaremos fortaleciendo la cadena de suministro local y reduciendo la vulnerabilidad.

No te quedes atrás, sé parte de esta iniciativa siendo parte de nuestra base de datos SCOIN. Puedes pasar por nuestro Exhibidor 112, llamar a Primex al 787-756-0505, o acceder a primexpr.org.

El autor es consultor de Puerto Rico Manufacturing Extension.

Esta columna fue originalmente publicada en la edición de El Nuevo Día el 15 de marzo de 2024.