Para el ingeniero Roberto Sabater, pasado presidente del Capítulo de Puerto Rico de la Asociación de Contratistas Generales (AGC-PR), recibir el premio Alejandro S. Herrero es un placer enorme, pues es “bello” que sus colegas y amigos piensen que ha tenido una trayectoria exitosa, en la cual y ha aportado al bien común.

Sabater, quien trabajó en Bird Construction hasta que se retiró como socio en el 2010, contó que comenzó sus estudios universitarios con intención de ser ingeniero mecánico, pero se dio de baja porque no le gustó. Entonces, comenzó a trabajar en la Corporación de Renovación Urbana y Vivienda (CRUV), donde conoció a los ingenieros Alberto Richa e Israel “Junior” Delgado, quienes lo motivaron a retomar sus estudios, esta vez, en ingeniería civil. Al graduarse del Recinto Universitario de Mayagüez, en 1966, Sabater ya había conseguido trabajo en Bird Construction, pero no se integró hasta el 1969, porque, antes, sirvió dos años en el Ejército de los Estados Unidos como ingeniero de las Fuerzas Especiales en América del Sur, donde trabajó con puentes, trituradoras de piedra, aserraderos y tuberías, entre otras cosas.

“Disfruté mucho de los proyectos difíciles”, dijo Sabater, al hablar de su carrera profesional. Entre ellos, el Centro de Bellas Artes en Santurce, donde tuvo que aprender de muchas cosas, incluidas sobre las tramoyas y cortinas del emblemático centro, el cual abrió como una instalación moderna de calibre mundial. Asimismo, contó sobre las peripecias en la construcción del Terminal de American Airlines, en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, obra que se realizó mientras el aeropuerto se mantuvo funcionando, por lo que tuvieron que adaptarse, en muchas ocasiones, para hacer las cosas bien la primera vez.

“Este fue un proyecto difícil, por el riesgo de construir mientras había aviones y pasajeros en tránsito”, explicó.

Entusiasta de la naturaleza, la pesca y la caza, Sabater describió a la construcción como sinónimo de progreso, sin importar el lugar ni el tamaño de la obra, porque, cuando las personas prosperan, mejoran sus casas; si a los negocios les va bien, expanden; y cuando el gobierno aumenta sus recaudos, construye infraestructura.

La fundación de AGC-PR, en 1963, coincidió, precisamente, con un momento de prosperidad en Puerto Rico, en el cual la construcción estaba creciendo. “Se necesitaba una asociación fuerte que representara a la industria, que nos diera acceso a programas de educación, y que fomentara el trabajo ético y responsable”.

Para Sabater, las cualidades de “carácter, rectitud y honradez” son pilares de vida que cultivó durante su profesión como ingeniero civil. “Cuando yo empecé en la construcción, en los proyectos éramos el dueño, el arquitecto y el contratista general. En una isla 100x35, si no tenías estas cualidades, no tenías clientes repetitivos, pues eran y son la clave para el éxito”.

Fiel creyente de la educación -ya sea universitaria o vocacional- y maestro de aquellos a quienes supervisaba, Sabater les dedicó a las personas jóvenes que están comenzando en la construcción las siguientes tres palabras: “trabajo, educación y familia”. A las personas que están trabajando en empresas, les instó a aprovechar todos los cursos y seminarios que tengan a su disposición, pues así perderán el miedo a aprender y se prepararán para las diferentes situaciones que enfrentarán en su carrera profesional. Del mismo modo, destacó la importancia de encontrar un balance entre hacer un trabajo que les guste para sostener a la familia, y el tiempo con la familia, para el bienestar emocional y mental.

Sabater recibirá el premio Alejandro S. Herrero el viernes, 6 de septiembre, en la Cena de Gala de AGC-PR.

Sobre el Premio Alejandro S. Herrero

El Capítulo de Puerto Rico de la Asociación de Contratistas Generales de América (AGC-PR) instituyó, en 1978, el premio Alejandro S. Herrero como su máximo galardón para honrar la memoria de uno de sus socios fundadores. A partir de entonces, anualmente por los pasados 45 años, un comité de socios de AGC-PR escoge a uno de sus pares por su extraordinaria trayectoria.

¿Quién fue el Ing. Alejandro S. Herrero?

Herrero dejó una huella profunda. Su legado es reflejo de su hombría de bien, idoneidad como hombre de negocios y extraordinaria capacidad como profesional y excelente ser humano. Herrero fue parte del grupo de diez pioneros de la industria que asumieron la tarea de establecer una organización en Puerto Rico para que fuera la voz principal de la industria de la construcción y defendiera los intereses de todos sus componentes. Como presidente de Corporación Raymond S.A., Herrero creó el premio Maxwell M. Upson para reconocer la obra de contratistas generales destacados por su obra y aportación a la industria de la construcción. Con el premio Alejandro S. Herrero, se honra, además, el legado de un gran hombre, profesional y amigo, y se reconoce la huella de aquellos contratistas generales que como él viven comprometidos con la industria y con Puerto Rico.