“La ansiedad aumenta porque me siento en soledad.” Así compartió la cliente coachee, mientras creábamos un plan de trabajo para alcanzar metas reales y potenciar su vida.

De los temores más recurrentes entre todas las personas con las que tengo el honor de compartir, y me incluyo, es el de quedarnos solos. Nos asusta bastante, sobre todo mientras pasan los años. El sentimiento de soledad puede ser muy abrumador y oprimente. Nos pasa a todos, a veces puede ser más agudo que otros momentos, a veces menos manejable.

Cuando me siento sola me pregunto, ¿estoy haciendo algo para no sentirlo? Inmediatamente surgen respuestas estimulantes para salir de ese estado anímico. Usualmente la soledad está relacionada a nuestra insatisfacción personal y del entorno. Y entre las causas mayores que nos llevan a sentir la misma es, que hemos dejado de dar y compartir. Mientras estemos ensimismados, introvertidos, enfocados en nuestro problema, en lo que nos urge, en nuestro sentimiento individual, inmediatamente nos estamos alejando de la posibilidad de la alegría genuina que surge del dar. Dar de nuestro tiempo, de nuestros oídos, compartir lo que tenemos, son algunas que nos alejan de la soledad de forma contundente. Siempre tenemos la oportunidad de hacer algo por ayudarnos. La soledad se hace menos pesada o termina cuando sencillamente nos abrimos a los demás y a nosotros mismos. Es un asunto de decisión, diligencia y consistencia. Primero hay de que decidirlo, después es importante ser diligentes para practicarlo y luego mantenerlo como nuevo hábito. Dejemos a un lado ese sentimiento tan abrumador con tan solo actuar de nuevas maneras. Es menester que salgamos de nuestra zona cómoda, sintiendo la incomodidad, para abrirnos a crear un nuevo estado anímico de alegría y plenitud. No son varitas mágicas, ni pastillas lo que nos llevará a sentirnos acompañados, sino las acciones que decidimos tener ante nuestros días, momento a momento.

Hoy, decide no sentirte solo llamando a alguien, ayudando a quienes necesitan, conversando con otra persona que esté dispuesto a escuchar. Apartamos la soledad agradeciendo, haciendo ejercicios, buscando grupos se apoyo, ayuda y hábitos saludables. Todos los días son una oportunidad. ¡Inténtalo!

Sugerencias:

Llama a alguien si te sientes solo.

Busca formas de dar de tu tiempo, compartir lo que tienes.

Saca tiempo para ejercitarte físicamente.

Busca un pasatiempo que te ayude a conocer gente nueva.

Busca ayuda si necesitas.

Construye a diario la vida que quieres vivir.

Ama.

Da lo mejor de ti.