Atenderse a uno mismo y así vivir mejor en convivencia es una de las prácticas más gratificante a la que nos podemos aventurar como seres humanos. ¿Cuáles son nuestras debilidades, cuáles son nuestras fortalezas? ¿Cómo soy mi mejor versión? Son algunas preguntas con las cuales podríamos comenzar.

Mis clientes de coaching tienen repetidamente gran dificultad al hacer el ejercicio de reconocimiento de sus fortalezas. Trabajar en nuestra personalidad o carácter a veces se dificulta a causa de nuestra desconexión con nosotros mismos. Esto sucede cuando estamos viviendo en automático. Las veces que pasamos por experiencias negativas, es cuando activamos nuestras fortalezas. Así mismo, en el transcurrir del día se nos olvida que ahí están también para ser utilizadas en las situaciones no tan drásticas, que permiten que nuestro día sea mucho más relajado y organizado.

También, cuando comenzamos a mirarnos para ocuparnos de los cambios que necesarios y alineados a nuestra satisfacción propia, es común señalar todo lo que entendemos que no está bien. Por ejemplo, nos reconocemos perezosos, procrastinados o faltos de interés, mientras que nuestro carácter también se define por firmezas que nos hacen grandes personas. Al recordarlas, logramos mantener la autoestima saludable y nos damos la oportunidad de obrar desde nuestro carácter evolucionado, generando un sentimiento de logro también valioso.

Como técnica sugiero que diariamente hagas una lista de diez fortalezas que has activado en tu día. ¡Ese eres tú! Tu eres tus fortalezas, están ahí para servirte, para ayudarte a ser tu mejor versión y guiar a otros hacia lo mismo.

Tenemos la opción constante de ser y actuar desde nuestras fortalezas o desde nuestras debilidades, escojamos bien, porque cada acción y cada reacción nos llevará a un resultado inevitable. ¡Adelante!

Algunas fortalezas:

1. Perseverancia

2. Resiliencia

3. Amor

4. Paciencia

5. Persistencia

6. Valentía

7. Compromiso

8. Responsabilidad

9. Creatividad

10. Humildad

11. Respeto

12. Empatía