¿Por qué me pasa a mí? No dudo que en algún momento te lo hayas preguntado.

Es posible que se sienta que la vida nos empuja, nos sacude o nos enfrasca y se hace inevitable necesitar un rato para sentirnos víctimas justo antes de, preferiblemente, levantarnos a seguir aprendiendo y caminar hacia adelante, hacer ajustes en nuestra personalidad, aprender de los errores y continuar con cabeza levantada.

Sin embargo, ¿por qué nos pasa lo que nos pasa? Sería mejor preguntarnos: ¿Para qué me ha pasado? ¿Cómo yo participé para que esto pasara?

Si bien es cierto que no somos completamente responsables de nuestro entorno, sí tenemos gran participación de las experiencias que vivimos ya que somos quienes tomamos las decisiones en nuestra vida. Que, por vivir sin detenernos a reconocer nuestras emociones, lidiar con nuestros sentimientos, observar nuestras frustraciones, exaltar nuestras virtudes, atender asuntos por resolver, decisiones por tomar. Y decidimos a vivir en automático, dejando a un lado la oportunidad de prestar atención a los profundos pilares que nos pueden mantener en solidez y así experimentar la vida balanceada que todos deseamos. Ya no tenemos que sentirnos víctimas de la vida, podemos ser humanos en evolución, y con alegría.

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Hay unas actitudes requisito que nos ayudan a prevenir los efectos no deseados en nuestras vidas. Esta información es recomendable hacerla parte de nuestros hábitos. Son fortalezas que permiten que nos separemos de la ilusión de sentirnos víctimas de las experiencias o como extremo opuesto, orgullosos. Intentemos desarrollarlas en nuestra vida, y vivamos los nuevos resultados.

Actitudes requisito:

1. Fe inquebrantable

2. Honestidad firme

3. Sinceridad con todos incluyendo uno mismo

4. Respeto a la vida en todas sus manifestaciones (gente, animales, naturaleza)

5. Simplicidad

6. Inocencia

7. Servicio

  1. Paciencia

9. Corazón lleno

10. Limpiar deudas: materiales y morales

Aprovecha esta semana, cura tu alma, da, atiéndete, comparte tu bien, se honesto, paciente, y profundiza en tu fe. ¡Adelante!