Desde que despertamos en las mañanas estamos tomando decisiones. Cómo nos vestimos, qué comemos, lo que comemos, cómo nos expresamos, y lo que pensamos. Una historia podría ser si lo observamos, si no, una completamente distinta.

Cuando nos observamos, podemos entendernos mejor además de desarrollar humildad para modificar lo necesario.

Cada acción y pensamiento generan una consecuencia y a su vez es una decisión. Acostumbrados a que estos pasos se den en automático, se nos olvida que los asuntos emocionales también son decisiones tomadas. Aunque nos llegue un pensamiento que no queremos atender, surge para avisarnos cómo estamos por dentro. La buena noticia es que tenemos la oportunidad de reinventarnos y hacer las transformaciones mientras caminamos en el proceso de simplemente ser mejores personas cada día desde el amor.

Es por eso que estamos propensos y vulnerables a vivir experiencias que nos desequilibren el ánimo, precisamente para que nos salgamos de la zona cómoda y demos los pasos necesarios para nuestro crecimiento y evolución, que, de hecho, es constante. Así que, encontremos algo positivo en cada situación porque queremos vivir amando y sintiendo el amor de otros. Es necesario valorar y atender los sentimientos y necesidades de las personas queridas y de uno mismo para expandir saludablemente el amor en nuestras acciones.

Todos tenemos diariamente la oportunidad de ser mejor personas. ¡Inténtalo!