A mi cliente no le salieron las cosas como las planificó. Ni en el trabajo, ni en su matrimonio. Sorprendido y salpicado con negación, llevaba años preguntándose el por qué, si lo había planificado todo con tiempo, se había encargado de hacer las cosas responsablemente y se dedicó para que sus metas dieran resultados. Mientras, sin tregua y con matices de oportunidad, se le escapaba algo por aprender y cuanto más pronto mejor.

Le tocaba soltar y seguir. Dejar ir significa hacer el ejercicio interno de entregar el control de nuestros deseos más arraigados, planes y asuntos diarios con los que a veces nos podemos hasta obsesionar.

Soltar es, despegarnos del resultado. Si bien nos corresponde a diario cumplir con responsabilidades y forjarnos metas y actuar para lograrlas, pensar que estamos en control de las cosas nos podría traer temor e incertidumbre. A la larga, dejarnos confundidos sin comprender cuando el resultado no fue como lo esperamos y lo luchamos.

Para continuar sintiéndonos exitosos y continuar hacia adelante, resulta fundamental entender que de lo único que tenemos el control es de nosotros mismos. De cómo encaramos las situaciones, de cómo reaccionamos, de lo que permitimos que nos afecte, de la perspectiva con la que vemos la vida, y de cómo nos levantamos para continuar. Para esto, el enfoque debe permanecer en el presente, y en el camino, dar los pasos con especial apertura a la flexibilidad que nos avisa que podemos cometer errores, que cosas pasan, pero que hemos recorrido lo suficiente como para entender que de otras situaciones nos hemos levantado. ¿Nos detenemos a reflexionar que, aunque no parezca, todo es para bien?

Soltar y seguir, una sugerencia que no sólo le sirvió al cliente, unido a prácticas y mecanismos que apoyan el proceso, pudo hacer sus ajustes y volver a encontrar nuevos sueños, nuevas ideas y nuevas personas para apoyar su caminar.

Soltar y seguir nos regresa a la certeza de que mientras trabajo en mí, todo lo demás tendrá su orden. ¡Inténtalo!

SUGERENCIAS

1. Enfócate en vivir cada instante abriéndote a dar y a recibir.

2. Cultiva el amor dentro de ti, para ti y pada compartirlo.

3. Observa tus acciones cuando las situaciones no suceden como esperas.

4. Atiende tu mente, cuerpo y alma.

5. Ámate con compasión y empatía.

6. Sé firme en el compromiso de aprender y de crecer hacia ser mejor persona diariamente.