El extenso juicio del asesinato de Arellys Mercado finalizó con un culpable. Hubo llanto, celebraciones y expresiones de satisfacción por la determinación de la Jueza. De todo lo ocurrido esa tarde lo que más me impactó fueron las palabras de la madre de Arellys, maestra de gran fortaleza inspiradora. Sin embargo, hubiera querido escuchar las palabras de la madre de Jensen Medina. ¿Cómo estará ella?

El dolor de las dos no puede medirse, ni compararse. Son dos madres que al parir a sus hijos seguramente tenían los mismos deseos para sus criaturas; Que fueran saludables, que no les faltara nada, que crecieran felices y se convirtieran en personas de bien. Entonces, las decisiones de los jóvenes un día los llevó a encontrarse en el muelle donde a los dos se les transformó la vida, sin vuelta atrás. Aquella fatídica noche, quien en enero se enfrenta a su lectura de cargos y de aparente mecha corta, decidió reaccionar. Si las decisiones hubieran sido otras el desenlace seguramente no contenía tanta sangre ni dolor.

Pero tengo la convicción de que quedarnos en la celebración del resultado y en la conversación de los hechos, no sería suficiente. Porque detrás de los asuntos, siempre hay algo por aprender. ¿Y si revisamos cada uno de nosotros nuestra “corta mecha”?

¿Cuántas veces no habremos reaccionado cada uno de nosotros de forma agresiva, ofensiva, sin atender que lo que tenemos de frente es una persona? Ciertamente sería una exageración pensar en violencia bajo el mismo contexto, cuando es posible que muchos de nosotros no contemos con armas de fuego. Ahora, cuando hablamos de mecha corta, la energía que se despierta es la misma, con o sin revolver. Es la semilla de violencia, de falta de empatía, de separación, de ira o cólera la que sembramos al permitirnos reaccionar.

Queremos vivir en un país sin violencia, queremos experimentar mejores relaciones entre todos. Hablamos de la necesidad de empatía. Desearíamos que no nos estemos peleando tanto, por todo. Ciertamente, sería agradable vivir con mucha más armonía. Una decisión, lo cambia todo. Hoy las dos madres también se enfrentarán a una nueva vida, las dos, invitadas por la vida a aceptar las consecuencias.

Quisiéramos que eso no haya sucedido, que todo fuera diferente. Ahora, sólo hay una forma de lograrlo y es con un cambio, el de nosotros mismos.

Sugerencias

1. Observa cuando se despiertan las emociones de coraje o ira, manéjalas antes de reaccionar.

2. Cuando señales o juzgues pregúntate si te gustaría que te juzgaran.

3. Busca pasatiempos, ejercicios o actividades que te permitan liberar energía acumulada.

4. Trata a los demás como te gusta que te traten, sin excepciones.

5. Crece tu confianza en ti mismo aprendiendo a pedir disculpas cuando sea necesario. Pedir disculpas refleja gran fortaleza de carácter.

6. Respira y piensa antes de reaccionar con insultos, ira o cólera.

7. Eleva la energía a través de prácticas espirituales, lecturas, o ejercicios como Yoga y meditación.