Seguramente, alguna vez en su vida se ha tropezado con alguien que suele comer bastante y no engorda, o que, viviendo en la misma casa y alimentándose con lo mismo, una suele subir de peso y la otra se mantiene en los parámetros.

Pero esto puede llegar a variar dependiendo de la actividad física que esta tiene o del metabolismo basal, el cual es la cantidad de calorías que el cuerpo consume en reposo, y este puede hacer que el peso varíe. Además, de la edad y el sexo, y la cantidad de masa muscular influye en la tasa metabólica individual, según el portal web Infosalus.

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La experta en Medicina de Obesidad y miembro de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), la doctora Cristina Petratti, explicó más acerca de este proceso y del porqué unas personas engordan más que otras si comen lo mismo.

“La propensión a ganar peso con mayor facilidad es el resultado de la interacción compleja entre factores genéticos, hormonales, metabólicos, y comportamentales”, argumentó.

Para la especialista, la genética juega un papel crucial en la regulación del peso corporal; por eso es importante que las personas cuenten con una alimentación adecuada y con la realización de ejercicios para evitar un sobrepeso en el futuro.

Además, sostuvo que algunas personas que heredan variantes genéticas pueden afectar el metabolismo, al igual que los desequilibrios hormonales, que pueden influir para que ganen peso de más.

La microbiota intestinal juega un papel importante, ya que tener una menos diversa y desequilibrada puede predisponer a engordar más, según lo que explicó Petratti.

Estos son otros de los factores

Por otro lado, la experta reveló que existe otro factor para que las personas aumenten de peso: es el estrés crónico que padecen algunas personas y esto puede contribuir a la obesidad a través de la activación sostenida del eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA), a alteraciones hormonales que aumentan el apetito.

“Estos mecanismos subrayan la importancia de abordar el estrés crónico en las estrategias de prevención y de tratamiento de la obesidad”, agregó.

Otra cosa en la que hace énfasis es en que aquellas personas que duermen poco o mal también se pueden ver afectadas, ya que al no tener un sueño reparador pueden llegar a ganar peso.

“La calidad del sueño afecta significativamente a la regulación de las hormonas del apetito, como la grelina y la leptina. Dormir poco o mal se asocia con niveles elevados de grelina y niveles reducidos de leptina, lo que puede aumentar el apetito y contribuir al aumento de peso”, dijo.

La hora en la que se alimenta también puede influir, ya que cuando se come a deshoras, el organismo no digiere bien los alimentos, lo que hace que no solo aumente de peso, sino que acumule más grasa de lo debido.

“Nuestro metabolismo sigue un ritmo biológico, y la sensibilidad a la insulina varía a lo largo del día”, comentó.

La forma más recomendable es comer temprano y no saltarse las comidas, para que así el organismo no se vea afectado.

“Saltarse comidas o comer en horarios irregulares puede generar desajustes hormonales que afectan el control del apetito y favorecen el acúmulo de grasa”, manifestó.

Cristina Petratti también hizo un llamado a aquellas personas que son sedentarias, ya que esto no solo es perjudicial para la salud, sino que tiene un alto impacto negativo en el metabolismo y en la composición corporal. Es por eso que recomendó una rutina de ejercicios.

“El ejercicio es un hábito esencial, no porque nos ayude a perder peso, sino a tener una composición corporal más saludable y mantenerla”, concluyó.