“Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina”. Se trata de una de las frases más célebres del mundo de la nutrición y se vuelve aún más relevante cuando se sabe quién fue el primero en enunciarla: Hipócrates de Cos, considerado el ‘padre de la medicina’ y precursor de la ética médica.

Es indudable que el hombre ha estado usando plantas para curarse de afecciones desde antes de que se desarrollara el lenguaje escrito. Las civilizaciones antiguas creaban brebajes de semillas, hierbas, hojas, frutas y cortezas para tratar una amplia variedad de malestares.

Existen registros de cómo los griegos usaban plantas aromáticas en sus tratamientos médicos y de lo indispensables que les eran al incorporarlas en su mitología, como en las leyendas de Dafne, la ninfa que fue convertida en laurel, y la de la hechicera Medea y sus encantamientos a base de plantas aromáticas.

Uno de los hitos de la historia de la medicina es el Papiro de Ebers –uno de los tratados médicos y de farmacopea más antiguos que se conocen- datado aproximadamente en el año 1.500 a. C. que registra los remedios de la época y según el Museo Nacional de Historia del Reino Unido, “recomienda hierbas calientes para el asma, menta y sándalo para ayudar a una digestión saludable y enebro para los dolores de pecho”.

En el marco de una era en la que florece la necesidad de un ‘consumo verde’ y se reconoce la unidad indisociable entre el hombre y la naturaleza, todas las opciones de ingeniería, tecnología y ciencia de punta a nuestro alcance claudican al enfrentarse a las alternativas que lo iniciaron todo: hierbas que tienen la capacidad de curar y aumentar el bienestar físico y mental.

“A lo largo de la historia hemos buscado maneras de aliviar nuestras dolencias y vivir más tiempo mediante el consumo de minerales, animales y, sobre todo, plantas”, detalla Florencia Fasanella, farmacéutica experta en plantas medicinales y autora de La naturaleza es tu farmacia. Según amplía, las hierbas, con su increíble metabolismo, se han vuelto esenciales en la medicina tradicional de varias culturas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca del 75% de la población mundial depende casi exclusivamente del uso de las plantas para el cuidado de la salud y no es casual que la misma institución fuera una de las principales impulsoras de su investigación e implementación. Fue en 1989 que el organismo lanzó la resolución 42.43 en la que invitaba a los países miembros a realizar una evaluación comprensiva de los sistemas tradicionales de salud, en especial lo atinente a las plantas medicinales, a efectos de confeccionar una lista de especies a ser incorporadas en las Farmacopeas Nacionales.

La Dra. Liliana Papalia, médica especialista en Nutrición y Obesidad indica que el estudio y la implementación de las propiedades curativas de las hierbas se conoce como fitoterapia y que es un abordaje que combina el conocimiento tradicional con investigaciones científicas actuales para ofrecer tratamientos naturales efectivos.

“Siempre que se las utilice de manera cautelosa, las hierbas pueden proporcionar opciones de tratamiento accesibles y sostenibles al promover un enfoque holístico de la salud”, recalca.

Para la Dra. Papalia, el creciente interés puede atribuirse a varios factores. Inicialmente, señala que “hay una mayor conciencia sobre los efectos secundarios de algunos medicamentos sintéticos, lo que lleva a las personas a buscar alternativas naturales”. En segunda instancia cita como importante el movimiento hacia estilos de vida más saludables y sostenibles. Y finalmente, hace referencia al vasto acceso a la información y a estudios científicos sobre las propiedades medicinales de las hierbas que han aumentado la confianza en la eficacia de la fitoterapia.

A continuación cinco hierbas que estudios han señalado como beneficiosas para la salud. Pero ojo: vale recalcar que nada sustituye una visita a tu doctor.

1. Moringa

Es originaria de la India, Bangladesh, Afganistán y Pakistán y se la conoce como ‘el árbol de la vida’. Su ingesta puede ser en polvo o infusionando sus hojas. “Es una maravilla de la naturaleza. Está repleta de antioxidantes que combaten los radicales libres en el cuerpo y de vitamina C y betacaroteno”, informa Fasanella. Y agrega que es “una fuente increíble de proteínas, vitaminas y minerales, como el hierro y el calcio, que son esenciales para la salud”.

La experta aconseja su consumo a aquellas personas que tengan dificultad para mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control; aunque advierte: “en los casos que se tiene hipoglucemia, es decir, niveles bajos de azúcar en sangre, la moringa podría bajarlos aún más”.

2. Manzanilla

Considerada la ‘reina indiscutida de las hierbas’ debido a sus potentes propiedades antiinflamatorias, antialérgicas, antibacterianas y tranquilizantes.

“Tiene quercetina que es un bioflavonoide con efectos antioxidantes y antiinflamatorios que reduce la hinchazón y mejora la digestión”, declara Hasbani. Y hace énfasis en el motivo de su ferviente popularidad: sus capacidades relajantes. “Tanto la infusión como el aceite esencial de manzanilla ejercen un efecto calmante en personas con insomnio o cuadros de estrés o ansiedad”, dice Lanutti. Y añade que una de las zonas de cultivo más explotadas a nivel nacional es Pehuajó, y que la manzanilla de origen argentino tiene un sello de calidad tan alto que se la exporta masivamente a Europa.

3. Llantén

Crece de forma espontánea y silvestre en ambientes húmedos y es eficaz para tratar enfermedades como la tos, faringitis, laringitis, bronquitis, tuberculosis, entre otras.

“Se utiliza para curar el dolor de garganta y la irritación en la boca; además, para reducir la inflamación glandular. Esto se debe a que la planta cuenta con un alto contenido en mucílagos, que ejercen propiedades emolientes y suavizan las mucosas respiratorias”, se detalla en el estudio “Llantén: propiedades y usos medicinales” de la Universidad Nacional del Nordeste. La Dra. Papalia añade que el llantén es eficiente en el proceso de curación de heridas y úlceras; aunque advierte que algunas personas pueden tener reacciones alérgicas.

4. Hibiscus

Perteneciente a regiones de clima cálido, esta planta de pétalos rojos recibe también el nombre de ‘flor de Jamaica’.

Además de su uso culinario en platos dulces como budines y tortas, el hibiscus se destaca por sus efectos calmantes en el sistema digestivo.”Hace que las digestiones sean menos pesadas y las acelera, lo que la hace óptima para mantener el equilibrio del peso”, expone Hasbani.

Del mismo modo especifica que se le atribuyen propiedades diuréticas, antihipertensivas, antiparasitarias y ligeramente laxantes.

“Se puede preparar como infusión o probarlo como bebida fría, replicando la famosa ‘agua de Jamaica’ que se consume en Centroamérica”, destaca.

5. Romero

Originario de las costas rocosas del Mediterráneo y del Cáucaso, el romero es una de las especias que más impronta tiene en la gastronomía dado su fuerte aroma y sabor.

Florencia Fasanella señala que una de las propiedades más interesantes de la hierba es la de mejorar la memoria y la función cognitiva. “Algunos estudios sugieren que puede ser beneficioso para el cerebro. Y, si a menudo se tienen problemas digestivos, el romero puede ser un gran aliado, aliviando la sintomatología”, declara.

En lo que respecta a sus formas de consumo, la farmacéutica destaca que aparte de ser un buen condimento para carnes y verduras, es posible disfrutarlo en una infusión tras colocar sus hojas secas en agua caliente.