Puerto Rico sopesa imponer multas o incluso penas de cárcel a quienes importen o vendan miel de abeja adulterada, para evitar así la comercialización de un producto que en ocasiones contiene antibióticos y agroquímicos prohibidos en la isla.

El senador Ramón Ruiz Nieves, del gobernante Partido Popular Democrático, es quien ha propuesto legislar esta cuestión, ante la preocupación de los 125 apicultores que hay en la isla y de miles de asmáticos que ven su salud afectada al tomar jarabes creyendo que se trata de miel de abeja pura.

"Estos apicultores se sienten solos y sin ningún apoyo en sus negocios, porque cuando traen mieles de otras partes se les afecta el mercado, que ya ha tenido una merma de miel pura y necesitan una reestructuración", explicó hoy a Efe el propio Ruiz Nieves.

Ante esto, el legislador comenzó a hacer un borrador para el Senado de una ley que busca prohibir ciertos actos relacionados con la rotulación, promoción y venta de la miel, clasificar dichos actos como prácticas injustas y engañosas y fijar las penas y multas correspondientes.

Ruiz Nieves, presidente de la Comisión de Agricultura, Seguridad Alimentaria y Sustentabilidad de la Montaña y de la Región Sur, explicó que fue el presidente del sector apícola y secretario de la Asociación de Apicultores de Puerto Rico, Modesto Matías, quien levantó la voz de protesta e inquietud sobre la problemática.

Fue entonces que Ruiz Nieves y un grupo de expertos de la industria apícola en la isla consultaron a los negocios locales para corroborar la información, y encontraron que los envases que vendían no eran de miel de abeja, sino de jarabe de maíz.

"El problema es que ni el consumidor ni el Departamento de Salud saben si lo que se está comprando es miel o jarabe. El etiquetado tiene la marca, pero no te asegura si es de verdad o no", indicó el legislador, quien dijo que en 30 municipios de Puerto Rico se produce miel de abeja.

Según el senador, los tamaños de los envases de miel, de entre siete y ocho onzas, cuestan entre cinco y ocho dólares, mientras que un galón de miel de abeja cuesta de entre 38 y 45 dólares y los de 55 galones tiene un valor aproximado de 2,300 dólares, pero el adulterado sólo cuesta 245 dólares.

Añadió que, según el secretario auxiliar del Departamento de Salud puertorriqueño, Carlos Carazo, un grave problema que hay entre la miel pura y el jarabe es que el segundo puede empeorar los niveles de azúcar de los diabéticos y afectar su sistema respiratorio.

"No es el engaño entre los productos, sino las consecuencias en la salud", sostuvo Ruiz, quien dijo que esta problemática lleva arrastrándose desde pasadas administraciones.

Por su parte, la secretaria del Departamento de Agricultura, Myrna Comas Pagán, dijo en una vista pública que al considerarse la miel como un alimento, debe estar debidamente rotulada o etiquetada para el conocimiento de quien la compra.

Señaló que en Puerto Rico se importan mieles de diferentes países donde se permite el uso de diferentes antibióticos, o agroquímicos que pueden producir alergias o incluso estar prohibidos o no registrados en la isla.

"Por eso es bien importante que el etiquetado exponga el sitio de origen y la procedencia. Y si es de Puerto Rico, de qué parte, con fecha y número de lote, para poder tener o lograr una búsqueda del producto. Si es mezcla, se deben declarar los porcentajes de la mezcla en el etiquetado", manifestó.

El Departamento de Asuntos del Consumidor favorece que se apruebe la ley propuesta, "ya que se trata de un alimento y el Estado tiene un alto interés en proteger la salud de los consumidores de miel en Puerto Rico". E