Hace un par de semanas vi The Big Short, la película basada en el libro de Michael Lewis sobre la crisis financiera del 2008 y los inversionistas que la vieron venir e hicieron billones apostando en contra del sistema. Antes que nada, tengo que decir que todos la deberían ver. La película ofrece una muy buena narrativa de lo que ocurrió durante la crisis y a la misma vez logra explicar conceptos financieros complejos de una manera sencilla y entretenida. Este filme debería ser requerido para cualquiera que estudie finanzas, contabilidad o economía, pero sería bueno para cualquier persona, ya que todos vivimos en una sociedad dominada por la banca y tenemos que entender lo que ocurre en ese mundo. Al final del día, las decisiones de los banqueros las pagamos nosotros, el pueblo, como la película demuestra.

Y es por esto precisamente que escribo esta columna hoy. Fui a ver la película el día que salió y la sala estaba vacía, mientras que a las afueras del cine había filas gigantescas para ver la nueva película de Star Wars: The Force Awakens, pero gente, aquí hay una película superentretenida y graciosa explicando mejor que cualquiera antes cómo nuestro sistema financiero explotó en el 2008 y si no es por un rescate de nosotros, el pueblo, esto se hubiera jo^%$#.

Como pudiste haber ido una mañana de septiembre del 2008 a retirar dinero de la ATM y descubrir que tu banco había congelado los retiros o, peor aún, ya no existían porque ni el FDIC hubiera podido con el empuje. Estuvimos al borde de que el sistema bancario mundial colapsara totalmente, pero aún hoy muy pocos entienden por qué. La razón por la cual muy pocos entienden qué paso es sencilla: es cuestión de prioridades.

No me malinterpreten, no digo que no vieran Star Wars, sino que salieran de ella directo a ver The Big Short. Que aprovecharan el viaje al cine y el hecho de que estaban con sus hijos y les enseñaran algo de historia. Que les enseñaran que no todo es juego y diversión, que hay que sentarse a reflexionar y a aprender también. Que te dieras tú mismo la oportunidad de aprender cómo funcionan algunos de los instrumentos financieros que determinan si puedes comprar una casa o no.

Viviendo en un país que está colapsando en gran medida por un sistema de banca con prácticas cuestionables, realmente esperaba que salieran de una película y se metieran en la otra. Pero no, nadie lo hizo ni aquí ni en los Estados Unidos. Mientras Star Wars se convirtió en la película que más rápido llegó a $1,000 millones en ventas, The Big Short solo había recaudado $29 millones para el 1 de enero, aun con un elenco estelar que incluye a Brad Pitt, Christian Bale, Ryan Gosling y a Steve Carell.

He ahí el problema: nuestras prioridades están tergiversadas. Buscamos el placer a corto plazo sin preocuparnos por el futuro y si algo no nos afecta de inmediato, no hacemos nada al respecto. Por eso es que en el 2005 prestamistas podían otorgar préstamos sin pedir prueba de trabajo e ingresos “ninja loans” y todas las cosas que llevaron al colapso a tres bancos locales que cerraron en 2010 y luego otro más recientemente. Prácticas de mala política económica y bancaria, pero  querían que el pueblo de Puerto Rico los salvara a través de un “rescate” que firmó el Gobierno en 2012 para un banco cuyo real problema fueron malos negocios.

Por eso es que por años nuestros gobernadores pudieron tomar dinero prestado para cuadrar presupuestos, dar contratos a amigos del alma y emplear a todos los que les hicieron campaña sin que los bonistas ni los ciudadanos hicieran algo al respecto.

Por eso es que por décadas, aquí en Puerto Rico, los mismos bancos que le recomendaban al Gobierno coger prestado podían también buscar compradores, hacer el papeleo y hasta vender esos mismos bonos a sus fondos de inversión (práctica que en los Estados Unidos es ilegal), recolectando cientos de millones de dólares en comisiones y cuotas y en el camino se llevaban enredados al que fuera, con prácticas que presentaban conflictos de intereses masivos. Nadie se tomó la molestia de cuestionar ninguna de estas prácticas hasta que se perdieron miles de millones de dólares. Por más que los problemas eran claros a cualquiera que se tomara la molestia de mirar y cuestionar, nadie lo hizo. Mientras el billete estaba corriendo todos mirábamos para el otro lado y nos enfocamos en nuestras prioridades: pasarla bien, cuadrar el viajecito a Disney y ver cuál era la última hazaña de las Kardashian o Maripily.

Pero ya el dinero no está corriendo. El gobernador anunció el viernes pasado que cerca de $37 millones en pagos de intereses y principal de los bonos no se harán hoy, 4 de enero. También indicó que de aquí en adelante solo se pagará la deuda garantizada por la Constitución, en un intento de ahorrar capital para poder garantizar los servicios básicos al pueblo.

La realidad es que el 2016 va a ser un año muy complicado para Puerto Rico y lo menos que esperaba es que este shock llevara a la ciudadanía a educarse. Pero para mi sorpresa, no lo hizo. Como país no pudimos ni salir a ver una película que nos enseña cómo funcionan en Wall Street. Una película que sigue la historia de cuatro hedge funds (fondos buitre) que hicieron billones de dólares mientras la economía colapsaba, simplemente porque se tomaron la molestia de mirar el mercado de bienes raíces y comenzar a hacer preguntas. El mismo tipo de preguntas que tenemos que hacer cuando escuchamos a los aspirantes a la gobernación y a los economistas hablar. Estos hedge funds se dieron cuenta de que el sistema estaba dañado, que todos estaban jugando para su lado sin importarles las consecuencias y que esto no era sostenible. En Puerto Rico ocurre lo mismo, pero gente, tenemos que comenzar a hacer las preguntas difíciles; si miran para el otro lado no se quejen cuando la cosa siga empeorando.

Espero que disfruten lo que resta de las Navidades, pero a la misma vez que reflexionen y se eduquen. Nos esperan tiempos difíciles, y si usted quiere salir bien de esto va a tener que entender cómo funciona el sistema, el cabildeo, los billonarios que cabildean contra Puerto Rico, los fondos buitre que se pintan como que ayudan a los viejitos, y la forma en que funciona el capital. Y no se crea que como se piensa ir en junio para Orlando no le debe importar esto. La realidad es que los mismos productos que casi destruyen la economía en el 2008 ya están nuevamente en el mercado (aunque con un nombre nuevo). Nadie va a velar sus intereses mejor que usted, así que edúquese.

“La historia no se repite, pero rima” (atribuida a Mark Twain)