Con 8 municipios da y sobra, ¿te unes a la lucha?
“Los alcaldes están tratando de hacer ver que ellos dan servicios indispensables. Tuvieron décadas para hacer las cosas bien y la embarraron”
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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En los años ochenta se supo que los alcaldes estaban en problemas cuando comenzó el cierre de vertederos. Se advertía que el costo de la basura se dispararía y crearía un enorme problema en los ayuntamientos (alcaldías). Los alcaldes en vez de empujar programas de reúso, reducción, compostaje y reciclaje, resolvieron el problema metiéndonos más impuestos de propiedad mueble, inmuebles, patentes, CRIM, arbitrios de construcción y otras formas creativas de partirnos.
Después de décadas de tiempo para organizarse, siguieron gastando y contratando a los panas. Eso provocó que en el 2005 el alcalde de Caguas aprobara un impuesto a la venta de 1% alegando que el costo de la basura era insoportable.
Otros alcaldes le siguieron y fueron metiendo impuestos a la venta al punto que hasta obligaron a los otros alcaldes a imponer el IVU municipal (el de Bayamón no quería imponerlo) y repartirlo a través del fondo de equiparación para subsidiar los municipios pequeños de nuevo. ¿Por qué deben los municipios grandes resolverle el problema a los pequeños en vez de que estos desaparezcan?
Por ninguna razón que no sea que los municipios grandes no quieren fusionar a los pequeños porque su estructura política está bien montada y controlada con el pueblo tal y cómo está. Si usted le trae gente de fuera puede poner en peligro su control político.
La Legislatura hace décadas que pudo haber obligado a los municipios a pagar luz y darnos un alivio a nosotros bajando el pago de la AEE al otorgarle una exención del pago de patentes municipales -haciendo innecesario el CELI-. No lo hicieron porque preferían que pagáramos más de luz nosotros que cortar municipios.
En el 2009 Luis Fortuño le permitió a los municipios coger 11 dólares prestados por cada dólar de IVU municipal que ingresaran. Obviamente, los alcaldes se volvieron locos y empezaron a coger prestado y se les olvidó que el IVU era para el recogido de basura, el reciclaje, la reducción, reúso, etc.
La mayoría le metió el chambón pata abajo al préstamo y el BGF bajo Caco García autorizó cuanta barbaridad se le ocurrió a los alcaldes. Usaron el dinero del IVU para rotondas, empleos, obras de arte, para dar bonos de verano y de navidad de 2 mil dólares e imbecilidades como esa. El alcalde de Mayagüez llegó a la irresponsabilidad de dar un bono de navidad en octubre justo antes de las elecciones para luego admitir que llevaba meses sin pagar por el recogido de la basura.
Ahora el IVU está pignorado hasta el cabo y no hay para el recogido de basura. Con eso los alcaldes sellaron su muerte. Tras la llegada de la Junta de Control Fiscal cortaron el subsidio de la AEE y el subsidio del gobierno central a los municipios. Tampoco le dieron un break a los alcaldes con la deuda con el acuerdo del BGF que los obliga a pagar 100% de sus deudas y dejaron el dinero que tenían en el BGF allí clavado.
Con esos recortes, los municipios tienen dos opciones: O se fusionan con otros y pierden poder de contratar a todo su corillo o te siguen aumentando los impuestos a ti y a los negocios.
Entre esas dos opciones, los alcaldes obviamente decidieron clavarnos a nosotros. Ya empezaron con el cobro de basura, con aumentos de patentes de “embellecimiento” en San Lorenzo, o aumentos de impuestos de construcción, CRIM, patentes especiales y tantas otras, como si no hubiéramos dado break por décadas para que ellos hicieran lo correcto.
Desde 1991 le dimos break para que fusionaran funciones. Desde entonces pueden reducir sus gastos y promover eficiencias entre ellos. Desde aquellos tiempos pueden aprobar permisos y reducir burocracias. Pero prefieren lo contrario.
Aún sabiendo que el pueblo no puede pagar más y que solo van a lograr devaluar el precio de nuestros hogares y aumentar la emigración, ellos no piensan en desaparecer como entidad aunque sean totalmente innecesarios.
Tanto que nos gusta compararnos con Estados Unidos para lo que nos conviene, pues entérese que en Estados Unidos montones de ciudades se han consolidado con otras jurisdicciones. En decenas de ocasiones se ha llevado a votación el consolidar “municipios” y el pueblo ha votado a favor.
Lo mismo ha ocurrido en Inglaterra y Alemania con el aumento de la emigración desde las zonas rurales hacia zonas metropolitanas. Muchas ciudades se han unido en una misma sombrilla llamada condado y consolidan operaciones. En ocasiones queda un alcalde con un grupo pequeño de asesores, pero el ayuntamiento pasa a un segundo plano y no tiene la cantidad de empleados que tenían.
Para entender por qué no han desaparecido alcaldías hay que entender el verdadero poder político de los alcaldes. No es que los alcaldes conocen a todo el mundo y todas las esquinas del pueblo (eso es solo parte), su verdadero poder es contratar a los asesores y derrotados cuando el partido pierde. Así se aseguran de que desde su pueblo regresarán al poder y con ello controlan al candidato a la gobernación y Legislatura que les debe el favor de haber contratado a su corillo para la reorganización.
En la época de la caña de azúcar, tenía sentido tener una alcaldía en Moca entre San Sebastián y Aguadilla. Llevar los frutos de la central Plata y animales a vender era una travesía de todo un día. En la época del Lamento Borincano donde un viejito iba a vender sus artículos y pasaba solo por largas distancias hacía falta un ayuntamiento con seguridad, una iglesia para bendecir la cosecha y demás, pero hoy día no tiene sentido lo que tenemos.
Los alcaldes están tratando de hacer ver que ellos dan servicios indispensables. Vaya y vea en qué gastaron el IVU municipal por los pasados 12 años para que usted vea lo indispensables que son. Tuvieron décadas para hacer las cosas bien y la embarraron.
Ahora paguen las consecuencias con su fusión, porque nosotros no podemos pagar más impuestos y si nos los empujan, los terminaremos pagando al condado de Osceola por allá por Kissimmee.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.