Apuntan a guerra de residenciales en Carolina como origen de muchas balaceras

Dormía tranquilita en su casa, en la que vivió toda la vida, en la que también residió su abuela, cuando una bala procedente de la calle tuvo la maldita puntería de atravesar la ventana de su cuarto e impactarla por un costado.

Parece una mentira, pero esa fue la realidad que le tocó a Sonia Ibarra Delgado, de 84 años, vecina de la urbanización Sabana Gardens en Carolina.

Según la investigación preliminar los vecinos y la hija de la octogenaria escucharon un auto acelerar frente a la residencia. Algunos escucharon una detonación. Otros escucharon dos.

La hija de Sonia escuchó también un ruido. Unos segundos después su mamá, que dormía bien cerquita a ella, se empezó a quejar.

“Ella (la hija) dice que la señora comenzó a decir ‘me duele, me duele’”, relató -tocándose el lado izquierdo- una fuente relacionada con la pesquisa.

“La hija prende la luz y cuando la chequea ve el impacto, le levanta un poco (la blusa) y ve que está botando mucha, mucha sangre por allí. La revisa del otro lado, le levanta y ahí mismo cae el plomo”, continuó la fuente.

De forma casi milagrosa, doña Sonia llegó consciente al hospital Doctor Federico Trilla de la Universidad de Puerto Rico en Carolina.

Cuando los médicos la revisaron la bala había destrozado gran parte de sus órganos. Poco después doña Sonia falleció.

En cuanto a la investigación policiaca se sabe que el tiro provino de un arma 9 milímetros y se disparó en dirección diagonal.

“Definitivamente por la forma en que quedó la ventana y la forma en que quedó el screen, sabemos que fue un tiro hecho desde la calle, presumiblemente desde un auto porque la altura no es mucha”, explicó la fuente.

Ahora las autoridades seguirán indagando sobre una posible venganza contra algún familiar, aunque ese móvil no tiene fuerza por lo que se sabe hasta el momento. “Son gente bien noble”, afirmó la fuente asociada a la investigación.

No se descarta y es la teoría que más persigue la Policía que haya sido un tiro infortunado, quizás con el objetivo de herir a algún peatón que haya estado pasando por el lugar en ese momento.

José Berríos, vecino de doña Sonia, dijo que generalmente la veía por las tardes sentadita en el balcón de la parte de atrás de la casa.

Precisamente, este vecino fue uno de los que escuchó dos detonaciones, pero pensó que se trataba de un choque de autos, que suelen ocurrir por la calle South Main. Se levantó cuando vio las luces de las patrullas, pero estas no lo dejaban distinguir mucho. En horas de la mañana fue que se enteró de que se trataba de una bala perdida, pero tampoco imaginó que la víctima fuera doña Sonia.

“Siempre estaba en el balconcito. Son gente bien buena, nunca escuché nada malo de ellos. Yo vivo aquí hace más de 40 años y mi bisabuelo visitaba la casa hace mucho tiempo”, indicó Berríos.

El individuo aseguró que es normal escuchar tiros por las noches y, al igual que el resto de los vecinos que no se quisieron identificar, esto se debe a una guerra entre dos residenciales cercanos.

¿No le da miedo viviendo tan cerca que a usted le pueda pasar lo mismo que a doña Sonia?

Miedo, no, es más bien preocupación.

Aunque la mayoría de los vecinos coincidía en que se escuchan tiroteos en el vecindario, no todos estaban de acuerdo con la frecuencia en que esto los perturba.

Para una señora a varias casas de donde ocurrió la tragedia de doña Sonia solo pasa de vez en cuando y por lo general es una urbanización tranquila.

Un vecino que “mecaneaba” su auto dijo que “esto es así todo el tiempo por la guerra que tienen los dos caseríos, es terrible y esta vez le tocó a una inocente”.