Defensa de El Brujo intenta arrojar dudas sobre integridad de la evidencia
José Manuel Rodríguez Rodríguez enfrenta juicio por la muerte de Brendalí Sierra Ramos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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La defensa de José Manuel Rodríguez Rodríguez, acusado por la muerte de la tasadora Brendalí Sierra Ramos, continuó hoy, jueves, atacando la integridad de la evidencia recopilada en el sector Tío Mito en el barrio Guaraguao, en Bayamón, donde las autoridades encontraron el cuerpo de la víctima el pasado 8 de septiembre de 2011.
En el cuarto día del juicio por jurado del hombre conocido como Manolo El Brujo, la licenciada Glorimar Acevedo, de la Sociedad para la Asistencia Legal, contrainterrogó intensamente a la agente Fernanda Velázquez, sobre la forma en que tomó las fotografías de la guagua BMW color vino que pertenecía a la tasadora. Además, le cuestionó sobre el manejo de las piezas de evidencia que recuperó del lugar donde la policía municipal ocupó el vehículo y posteriormente encontró el cadáver de la mujer, de 38 años.
La abogada también polemizó sobre la presentación como evidencia del ministerio público -representado por los fiscales Enrique Rivera Mendoza y José Virella Santana- de solo 18 de las 20 fotografías que tomó la agente Velázquez.
El descubrimiento, por parte de la abogada, de la ausencia de las dos fotografías de una vela blanca encontrada en el sector Tío Mito, supuestamente en la periferia donde apareció la guagua BMW, provocó que la jueza Vivian Duriex Rodríguez, del Tribunal de Bayamón, decretara un receso para que los fiscales buscaran en su expediente las copias de las imágenes.
La interrupción en el contrainterrogatorio de la agente Velázquez también sirvió para que el jurado de ocho mujeres, cuatro hombres y tres mujeres suplentes, tomara su merienda.
Pero antes de que el jurado abandonara la sala 704, la licenciada Acevedo argumentó que era “increíble e impropio” que en pleno juicio apareciera evidencia nueva que no se entregó como parte del descubrimiento de prueba.
El fiscal Rivera Mendoza replicó que desconocía de la existencia de las dos fotos.
“Voy a cotejar, y si están se las entrego”, indicó.
A su regreso al salón de audiencias después de ir a su oficina, Rivera Mendoza indicó que no tenía las fotografías, mientras que la licenciada respondió que no tenía interés en recibir un copia de las mismas porque podía afectar el proceso contra Rodríguez Rodríguez, quien se encuentra detenido en la Cárcel de Bayamón.
En la primera fila de la sala, que esta mañana apenas tenía público, se encontraban Jesús Sierra y la fiscal Yanira Sierra Ramos, padre y hermana de la víctima.
El contrainterrogatorio continuó sin mayores polémicas, pero con varias objeciones del ministerio público por la forma en que la abogada realizaba sus preguntas.
Velázquez, quien en ocasiones lució tensa e incómoda con las preguntas de la licenciada Acevedo, declaró que tomó fotografías de la guagua BMW la tarde del 8 de septiembre.
Ese día llovió de forma intermitente, una situación que llevó a Velázquez a desistir de su intención de levantar huellas dactilares del vehículo para no contaminar la evidencia que pudiera estar dentro del vehículo.
“La unidad estaba en un lugar abierto y sin techo”, apuntó.
La agente también reconoció que la guagua pudo haber sido manejada por otros agentes antes de que llegara al Cuartel Municipal La Morenita. Velázquez llegó al lugar luego para buscar evidencia que ayudara a encontrar a la víctima, que ya había sido reportada como desaparecida.
“Entiendo que sí, que pudo haber sido abierta”, contestó a una pregunta sobre la bolsa negra que tenía la guagua sobre la ventana que tenía el cristal roto.
Indicó también que desconocía quién había colocado la bolsa sobre la ventana y que como parte de su trabajo realizó una inspección visual del vehículo, que “tenía mucho reguero” en su interior.
Relató que mientras se resguardaba de la lluvia, llegó Luis Rivera, un pariente de la víctima, que fue entrevistado por un supervisor “que enviaron para atender el caso”.
De esa conversación, escuchó al hombre decir que Sierra Ramos empezó a distanciarse de su familia cuando empezó a incursionar en la religión de la santería.
En su declaración, Velázquez relató que el agente municipal Benjamín Rivera y otro sargento municipal la acompañaron al sector Tío Mito porque desconocía cómo llegar al lugar.
Apuntó que en el sitio recuperó varias piezas de evidencia que incluyeron pedazos de un cristal roto, una vela blanca y una bolsa plástica. Explicó que tomó la vela por la información que escuchó sobre la relación de la víctima con la santería.
“Desconozco si están disponibles al tribunal (esas piezas de evidencia)”, contestó a una pregunta de la licenciada Acevedo sobre el paradero de esa evidencia.
Aceptó, también, que en su testimonio inicial a preguntas del fiscal Rivera Mendoza no mencionó que tomó fotos de las piezas de evidencia, pero que indicó que tomó fotografías de la escena que incluían la evidencia.
La abogada siguió presionado sobre las medidas que tomó para preservar la evidencia y la razón para tomarlas y no entregarlas a los investigadores del Instituto de Ciencias Forenses (ICF), que llegaron esa noche al lugar.
Velázquez explicó que tomó la evidencia como parte de su investigación de una persona desaparecida y que fue por órdenes del investigador asignado que las entregó al Depósito de Evidencia y no al ICF.
En ese intercambio con la abogada, surgió que el agente municipal Rivera, quien la acompañaba fue la persona que descubrió el cuerpo Sierra Ramos, que se encontraba en un área boscosa cercana a un risco.
En su redirecto, Rivera Mendoza preguntó sobre la vela blanca y el descubrimiento del cadáver.
Velázquez explicó que como parte del manejo de la vela le tomó una foto antes de guardarla en un sobre especializado e identificarla como la pieza de evidencia número cinco.
Luego, por órdenes del agente investigador del caso, la entregó al Depósito de Evidencia del Cuerpo de Investigaciones Criminales de Bayamón.
Contó que el agente municipal descendió al lugar donde halló el cadáver de Sierra Ramos sujetándose de las ramas y arbustos. Luego, la llamó a su celular para informarle que había descubierto su cuerpo.
“Está aquí... Está muerta”, le indicó el agente Rivera por teléfono.
Luego, subió a la superficie.
El miércoles, el ministerio público añadió a Rivera como testigo. La licenciada Acevedo objetó alegando que este nuevo testigo afectaba el derecho a la confrontación de Rodríguez Rodríguez, quien enfrenta cargos de asesinato en primer grado, conspiración, destrucción de evidencia y una violación a la Ley de Armas por la muerte Sierra Ramos.
La jueza Duriex Rodríguez permitió su testimonio siempre y cuando no surja prueba nueva.
El juicio continúa el martes a las 10:30 a.m., pero sin jurado.
A su salida de sala, los fiscales restaron importancia al cuestionamiento de la defensa.
“No es importante. Lo importante es la evidencia admitida, que se encuentra en un sobre sellado con sus iniciales y con el número de identificación 5 y eso es lo que mantiene la custodia”, afirmó Virella Santana.
“Las fotos no son esenciales. Cuántas veces no se encuentran los casquillos después de los hechos en casos de asesinatos, que la gente los entrega y nadie los ha fotografiado”, agregó.
Ambos aseguraron que la evidencia se guardó y custodió siguiendo los protocolos.