Un supervisor de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) enfrentará juicio por varios delitos menos graves, incluidos el de homicidio, tras imputársele este viernes negligencia en la dirección de los trabajos de mantenimiento que realizaban varios empleados en el interior de un generador en la Central de San Juan, el cual explotó. 

En el accidente, reportado el 13 de julio de 2014, murió Sergio Hernández Muñiz y Luis Rivera Rivera, mientras Juan Rodríguez Tirado y Luis A. Sánchez Domínguez sufrieron lesiones corporales mutilantes. 

Contra Miguel Bellber Sánchez se le radicaron cuatro cargos menos graves por violar el Artículo 96 del Código Penal de 2012, el cual tipifica varias modalidades de homicidio, y por el Artículo 110, de lesión negligente. 

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La fiscal auxiliar Bárbara Cruz Muñiz, de la División de Integridad Pública del Departamento de Justicia, y el agente Isaac Colón Muñoz, de la División de Homicidios de la Policía de Puerto Rico, presentaron los cargos ante el juez Rafael Jiménez Rivera, del Tribunal de San Juan. Este encontró causa para arresto y le fijó una fianza de $400, la cual prestó a través de la Oficina de Servicios con Antelación a Juicio.

El juicio fue señalado para el 10 de agosto en la sala 1102 del Centro Judicial de San Juan.

Según se desprende de la investigación realizada por la División de Integridad Pública, Delitos Económicos y Asuntos del Contralor del Departamento de Justicia, Bellber Sánchez, quien fungía como supervisor de conservación senior en la sección de turbinas y auxiliares de la Central de San Juan de la Autoridad, les permitió continuar los trabajos de mantenimiento dentro de un generador tras evaluar, leer e interpretar erróneamente un equipo de detector de gases. 

La acción supuestamente provocó que se insertara aire en presencia de hidrógeno dentro del generador, creando una atmosfera volátil. Los trabajos, se detalló, generaron una chispa que desembocó en la fatal explosión. 

Dos días antes de la explosión, Hernández Muñiz grabó un vídeo para contrarrestar la campaña que se realizaba en contra de los empleados de la AEE para recortarles beneficios adquiridos. En el mismo denunciaba la peligrosidad de su trabajo en el generador y exponía que “con la boca es un mamey”. 

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