Papa Francisco llega a Chile en medio de protestas
Su visita es empañada por el tema de los abusos sexuales y los intentos de la Iglesia Católica de ocultarlo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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SANTIAGO DE CHILE. En su primer día completo en Chile, el papa Francisco se verá presionado el martes para abordar un escándalo de abusos sexuales por parte de un sacerdote. La mayoría de los chilenos se identifica como católica, pero hay una fuerte y creciente corriente de escepticismo e incluso desdén hacia la Iglesia.
Muchos en Chile siguen furiosos por la decisión que tomó el pontífice en 2015 de nombrar a un obispo cercano al reverendo Fernando Karadima, un sacerdote al que el Vaticano declaró culpable en 2011 de abusar de docenas de menores a lo largo de varias décadas.
Juan Barros, el obispo de la ciudad sureña de Osorno, siempre ha negado que supiera lo que estaba haciendo Karadima cuando era un protegido del sacerdote, pero a muchos chilenos les cuesta creerlo.
“El abuso sexual es el punto más débil del papa Francisco en cuanto a su credibilidad”, señaló Massimo Faggioli, experto en el Vaticano y profesor de teología en la Universidad de Villanova en Filadelfia. “Es sorprendente que el papa y su entorno no comprendan que tienen que ser más comunicativos en este asunto”.
El escándalo de Karadima y los esfuerzos por ocultarlo durante años ha causado una crisis para la Iglesia en Chile, y un sondeo reciente del Latinobarómetro atribuyó al caso un descenso considerable en el número de chilenos que se identifican como católicos, así como una pérdida de confianza en la Iglesia como institución.
Esa desconfianza se extiende a Francisco, que hace su primera visita como papa a este país andino de 17 millones de personas. El papa, nacido en Argentina, estudió en Chile durante su noviciado como jesuita y conoce bien el país, pero los chilenos le dieron el índice de aprobación más bajo entre los 18 países encuestados en el sondeo.
“La gente se va porque en la Iglesia no encuentra un espacio protector, los pastores se comen a las ovejas en esos espacios eclesiales”, afirmó Juan Carlos Claret, portavoz de un grupo de feligreses de Osorno que se han opuesto al nombramiento de Osorno como obispo.
La gente molesta con Barros convocó una protesta el martes, cuando Francisco tiene previsto celebrar una misa, reunirse con la presidenta, Michelle Bachelet, y visitar una prisión de mujeres.
Pero también otros grupos han organizado manifestaciones contra el pontífice.
Víctor Hugo Robles, activista de la comunidad homosexual chilena, dijo que el Vaticano intenta mostrar una imagen del papa como alguien cercano a la gente, especialmente los más necesitados.
“Somos nosotros que necesitamos ayuda. La gente gay, la gente viviendo con sida. Cuando se trata de esas cosas, la Iglesia tiene una actitud de intolerancia, de desprecio”, dijo.
Felipe Morales, miembro del Frente de Trabajadores por el Socialismo, dijo que muchos estaban descontentos con el papa y con la influencia histórica de la Iglesia en Chile. Tenían previsto manifestarse en el exterior del lugar donde oficiará una misa Francisco.
“El rol de la iglesia ha sido nefasto. Se han encubierto casos de abuso sexual y mucha gente no está conforme con muchos otros temas”.
Desde luego, muchos estarán emocionados de ver al papa. Miles de personas salieron a la calle de Santiago de Chile para ver pasar a Francisco tras su llegada el lunes por la noche, aunque la multitud fue notablemente menor que en sus visitas previas a otras capitales latinoamericanas.
“Fue emocionante verlo”, dijo Luis Salazar, un niño que fue con su familia para ver al pontífice en su papamóvil.
Francisco intentará imbuir una nueva energía a la Iglesia durante su visita, que comienza con una serie de visitas protocolarias a Iglesia y Estado.
También tiene previstos encuentros con migrantes, miembros de la comunidad indígena mapuche y víctimas de la dictadura militar de 1973 a 1990. Está por ver si se reunirá con sobrevivientes de abusos sexuales. No había ninguna reunión en su agenda pública, aunque esta clase de encuentros nunca se anuncia con antelación.