Nairobi: Dos latinas cuentan que asalto empezó con disparos en interior y exterior
"Escuchamos sonidos de disparos y explosiones que venían desde fuera", dijo una de ellas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Una ciudadana mexicana y otra nicaragüense, que estaban en el centro comercial de Nairobi ocupado ayer por terroristas del grupos radical islámico somalí Al Shabab, dijeron hoy a EFE que el asalto comenzó con explosiones de granada y disparos simultáneos en el exterior y el interior del edificio.
La mexicana Mireya Domínguez, de 38 años, lo vivió en la terraza de una de las cafeterías más concurridas del centro comercial, un día después de su cumpleaños, a las doce y media del mediodía, hora habitual del almuerzo en la capital keniana.
Domínguez escuchó una fuerte explosión y, seguidamente, vio a una multitud de gente correr: "Empezaron a disparar desde fuera y todos huimos hacia el interior para resguardarnos, pero allí también estaban disparando, por lo que nos tiramos al suelo para evitarlos".
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La mujer, que trabaja como jefa de la Cancillería de la Embajada de México en Kenia, explica que los camareros les gritaban que permanecieran tumbados en el suelo, donde ya había gente con heridas de bala en el abdomen.
"Cuando pensábamos que se había calmado, empezaron de nuevo a disparar. Se oían tiros lejanos y otros extremadamente cercanos. Cuando volvieron a cesar, salimos de nuevo a la terraza, desde donde conseguimos escapar después de estar otra media hora tumbados", recuerda.
Fue en el suelo de esta terraza donde conoció a otra de las supervivientes, Johanna Klenn, nicarag ense de 50 años, quien llegó a Nairobi hace un mes y medio.
"Escuchamos sonidos de disparos y explosiones que venían desde fuera y desde dentro del centro comercial. Mi reacción fue tirarme al suelo, fui muy afortunada", explicó a EFE.
En la terraza, y después de haber volcado las mesas para utilizarlas como protección, llamó a la Policía Diplomática, pero "no hicieron nada", lamenta.
Finalmente, consiguió salir del centro comercial junto a otras personas "en fila india y agachados".
Johanna no sufrió ninguna herida importante, solo hematomas por golpes, pero Mireya tiene el pie derecho vendado y se ve obligada a andar con muletas.
Tiene algo incrustado en ese zona, aunque los médicos no consiguieron localizarlo tras practicarle una pequeña operación, por lo que tendrá que someterse a un examen más exhaustivo.