Tova Weinberg ha sido demócrata toda su vida pero en estas elecciones optó por el aspirante presidencial republicano John McCain, cuando votó en Jerusalén.

Weinberg, de 54 años, no concuerda con la postura de McCain sobre la economía o la guerra en Irak, pero igual muchos de sus compatriotas que viven en Israel, votará por el candidato que ella cree sería el más adecuado para su país adoptivo.

El suyo es un patrón que se repite en todo el mundo. Aunque miles de estadounidenses que viven en el extranjero siguen ligados a su país, comienzan a apreciar las elecciones a través de la lente de su nueva realidad inmediata. Al parecer, es verdad que toda la política es local en el fondo.

En Israel el asunto principal es la seguridad del país, en México las relaciones comerciales y en Rusia la dinámica cada vez peor con el gobierno en Washington.

En todas partes los estadounidenses buscan a un líder que sea capaz de lidiar con la crisis financiera mundial y en especial, que pueda restaurar la imagen de Estados Unidos, deteriorada por la guerra en Irak y la política exterior unilateral del gobierno de Bush.

"Hemos estado totalmente involucrados en el asunto y hemos visto cómo se derrumba la reputación de Estados Unidos. Esto ha motivado a la gente a votar", dijo Margo Miller una activista demócrata en Gran Bretaña.

Para Weinberg, una dentista retirada que vive tanto en Pittsburgh como en Jerusalén, elegir a un republicano no fue sencillo. Ella se describe como una "demócrata liberal acérrima", que creció con los valores de la lucha de los derechos civiles.

"Estaba muy emocionada cuando Obama comenzó su campaña", afirmó Weinberg, que ahora dirige una agencia judía para encontrar pareja. Al comienzo Weinberg tenía dudas sobre Barack Obama y su relación con el controvertido pastor Jeremiah Wright, pero lo que realmente le molestó fue que Obama dijo estar dispuesto a negociar con el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, quien ha instado en varias ocasiones a la destrucción de Israel.

Obama afirma que el diálogo podría ser la mejor vía para evitar que Irán compre armas nucleares, pero Weinberg no lo ve de esa forma.

"Para mí, como judía, eso es como tener relaciones diplomáticas con Hitler", señaló. "Por lo tanto perdió mi voto".

Al parecer este sentir es común en Israel. Aunque los judíos en Estados Unidos han votado tradicionalmente por el Partido Demócrata, los 250.000 estadounidenses que viven en Israel tienen un apoyo pronunciado por McCain, afirmó el politólogo israelí-estadounidense Mitchell Barak. Barak estimó que el 70% de los casi 40.000 electores que se presentarán en Israel votará en favor del republicano.

En contraste con Israel, donde ambos partidos han realizado actos de campaña y convocado al registro de los electores, se espera que las votaciones tengan muy poca efervescencia entre los 40.000 palestinos estadounidenses en Cisjordania y la Franja de Gaza.

Los palestinos consideran que Estados Unidos tiene una preferencia hacia Israel y se espera que casi ninguno de ellos vote.

"Los candidatos no están interesados en los árabes y sus causas" afirmó Walid al Sous, de 52 años, originario de Nueva York y que es dueño de una pizzería en la ciudad de Ramalá en Cisjordania. Al Sous ni siquiera se molestó en registrarse para votar.

En total, unos seis millones de estadounidenses que viven en el extranjero pueden votar, según la Comisión de Asistencia Electoral, aunque se espera que muy pocos de ellos se presenten.

Casi un millón de personas solicitaron papeletas en el 2006 para las elecciones de representantes, pero se calcula que sólo 330.000 votos regresaron a Estados Unidos. Miles de boletas nunca llegaron a los electores, en algunos casos por tener direcciones viejas, y en muchos otros fueron rechazadas por irregularidades como una fecha de llegada demasiado tardía a Estados Unidos.

Susan Dzieduszycka Suinat, presidenta de la Fundación por el Voto en el Extranjero, una organización sin fines de lucro que ayuda a los estadounidenses en el mundo a registrarse y a emitir su sufragio, cree que unos dos millones de personas votarán en esta ocasión, incluyendo unos 500.000 integrantes del ejército.

Muchos de esos votos provienen de estados reñidos como Ohio, Florida o Pensilvania, así que sus votos podrían marcar la diferencia. "Los electores en el extranjero son un comodín", afirmó Dzieduszycka. "Ellos pueden ser los electores decisivos".

Pero no es fácil saber a qué candidato beneficiarían.

Según las encuestas internacionales de los últimos meses, la comunidad internacional favorece por mucho a Obama ante McCain — principalmente como un reflejo de la gran impopularidad de Bush fuera de Estados Unidos.

Los sondeos han señalado un amplio apoyo a Obama en una gran cantidad de países aliados al gobierno estadounidense como Australia, Canadá y los países en Europa occidental.

En México, donde vive el mayor número de estadounidenses inmigrantes, aproximadamente 1,2 millones, los activistas políticos han reportado un gran interés por las elecciones.

Larry Rubin, director de Republicanos en el Extranjero de México, cree que casi dos tercios de los estadounidenses en México son republicanos. Agregó que los electores han sido atraídos por el impulso de McCain al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mientras que se oponen a la relación de Obama con los sindicatos.

Pero Tess Wheelwright, una joven de 26 años de Massachusetts que vive en la Ciudad de México, cree que podría ayudar a hacer historia al votar por el primer presidente negro de su país: "No quisiera decirles a las generaciones futuras que no voté por Obama".