Luego del avistamiento del impresionante meteorito que surcó los cielos de Puerto Rico el pasado viernes, estos cuerpos celestes estuvieron en boca de todos durante el fin de semana. Mucha gente habló de la inmensa “bola de fuego” cuyas imágenes fueron captadas y diseminadas por las redes sociales.

La Sociedad Astronómica del Caribe informó que, efectivamente se trató de un meteorito, que aparentemente entró a la atmósfera con el tamaño de un carro, pero que fue desintegrándose hasta posiblemente haber desaparecido a 50 o 70 millas de altura.

Pero, ¿qué son los meteoritos?

Se trata de fragmentos de roca provenientes del espacio que entran a nuestro planeta sobreviviendo el roce con la atmósfera en su camino a estrellarse contra la corteza terrestre o deshacerse en el trayecto, según se explica en el sitio Concepto.de.

Cuando un objeto que viene del espacio entra en la atmósfera, su fricción genera altas temperaturas y provoca un desgaste. Al estas rocas desintegrarse, aunque sea parcialmente, generan una estela luminosa conocida como meteoro.

Así, los meteoritos son meteoros que sobreviven su ingreso a la atmósfera, cayendo en alguna parte de la superficie terrestre. Tanto “meteoro” como “meteorito” son palabras provenientes del griego meteoros, que traduce “fenómeno en el cielo”.

Los meteoritos no caen solo en la Tierra. En Marte y la Luna se ha encontrado evidencia de impactos y se presume que durante las etapas iniciales de la formación del Sistema Solar, la abundancia de materia dispersa en el espacio producía una altísima actividad meteórica.

En la Tierra existen más de 31,000 impactos de meteoritos documentados. Cada uno lleva el nombre del lugar en donde son hallados sus restos.

Los meteoritos tienen una forma irregular y una composición química diversa. Se estima que son más abundantes los de tipo rocoso. Al igual que los cometas, muchos de ellos poseen material de la formación misma del Sistema Solar y pueden aportar valiosa información científica.

Generalmente tienen un tamaño que oscila entre unos centímetros y varios metros, y usualmente se hallan en el corazón de los cráteres que formaron al caer. Es por eso que muchos son descubiertos cientos o miles de años después en medio de exploraciones geológicas.

Fuente de vida y causa de muerte

A fines del año pasado, se publicó un estudio que plantea el papel que jugaron estos cuerpos celestes en el origen de la vida en la Tierra. Y es que los científicos detectaron la presencia de ribosa y otros azúcares, que son elementos esenciales de los sistemas biológicos, en varios meteoritos, lo que puede indicar el origen extraterrestre de estas sustancias.

El descubrimiento se sumó a la creciente lista de compuestos biológicamente importantes que se han hallado en meteoritos, lo que respalda la hipótesis que las reacciones químicas en los asteroides, los cuerpos principales de muchos meteoritos, pueden producir algunos de los ingredientes de la vida.

“Los azúcares son moléculas esenciales para todos los organismos vivos terrestres y operan en muchos procesos biológicos”, escribieron los científicos encabezados por Yoshihiro Furukawa, del Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad Tohoku, de Sendai, Japón.

La ribosa es particularmente esencial en la construcción del ácido ribonucleico, uno de los dos ácidos en el núcleo de las células junto con el desoxirribonucleico o ADN.

De otro lado, este mes, un estudio publicado por la revista Science revivió el debate sobre la extinción de los dinosaurios.

Se sabe que hace 66 millones de años ocurrió un cataclismo que provocó lo que se conoce como la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno y que acabó con el 75% de las especies de la Tierra.

Un equipo de científicos de todo el mundo concluyó que no fue la erupción de un volcán en India, sino la caída de un gran meteorito en México lo que provocó las condiciones para tal extinción.

Categorías

Los meteoritos se clasifican tradicionalmente según su composición, en tres categorías distintas:

Rocosos: Llamados aerolitos o lititos, están integradas principalmente por minerales de silicato, ya sean condritas (más abundantes) o acondritas (semejantes a las rocas ígneas).

Metálicos: Llamados sideritos, se componen principalmente de hierro y níquel.

Metálicos-pedregosos: Categoría intermedia, que contiene tanto metal como roca, y se denomina litosiderito.