La artista que convierte en arte los desechos de las playas
Comenzó a realizar esculturas con plásticos y otros materiales tras el tsunami que en 2004 causó unos 230,000 muertos.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Bangkok.- La artista tailandesa Prasopsuk Lerdviriyapiti, más conocida como "Pom", transforma en esculturas las botellas de plástico y otros tipos de desechos que encuentra en las playas de Tailandia para concienciar sobre la contaminación.
"Cuando llega la temporada baja, bajo a la playa a recoger la basura; por la mañana es cuando hay más basura en la arena", explica a Efe la artista, que vive y dirige una galería de arte en la isla de Phuket, en el mar de Andamán.
"Es muy triste, cada año hay más basura", dice Pom, quien se define como ecoartista y alerta de que el modelo de sociedad consumista aumenta su residuos en el agua.
Hasta el próximo domingo, Pom exhibirá una muestra artística con plásticos y residuos para la campaña "Corazón para el océano: libérate del plástico" de la ONG Greenpeace en el Centro de Arte y Cultura de Bangkok (BACC, en su siglas en inglés).
La obra, titulada "Océano azul: un mensaje desde el mar", de unos 5 metros de diámetro y 3,5 metros de alto, es una especie de carrusel de plástico decorado con peces y medusas realizados con tapones, bolsas y otro tipo de despojos del mar.
Para este proyecto, la artista ha contado con la ayuda de 70 voluntarios de Greenpeace que a lo largo de dos meses han recogido desechos en las playas de distintos lugares de Tailandia, incluidos Phuket, Si Chang, Samet y Chonburi.
La campaña, inaugurada ayer con una charla y un pase de modelos con vestidos confeccionados con residuos reciclados, incluye paneles informativos sobre la contaminación marina y juegos interactivos.
En un apartado, el público tiene que tratar de adivinar el tiempo que tardan en desaparecer en el mar restos como las colillas de cigarrillos (10 años), las bolsas de patatas (entre 20 0 30 años), los tapones de plástico (entre 400 y 600 años) o las botellas de plástico (entre 1 y 2 millones de años).
Según otro panel informativo, si cada uno de los 67 millones de tailandeses compra una botella de plástico al día, al cabo de un año el número en envases acumulado permitirá rellenar 4.401 piscinas olímpicas.
"Es un problema que no solo afecta a cada gobierno en particular sino que tiene una dimensión internacional. Al mismo tiempo, cada uno tiene que empezar por sí mismo a consumir menos productos desechables", opina Pom, quien destaca la importancia de la educación.
La artista comenzó a realizar esculturas con plásticos y otros materiales, como paquetes de poliestireno, tras el tsunami que en 2004 causó unos 230.000 muertos en una docena de países, incluida la costa sureste de Tailandia.
Pom, que se encontraba entonces en Phuket, se fijó en que las olas gigantes dejaron una cantidad ingente de desechos y se le ocurrió hacer esculturas que concienciasen al público sobre la contaminación marina.
Desde entonces, cuando las corrientes marinas llevan más basura al litoral, baja algunas mañanas en su moto para recoger despojos en una caja de cartón.
Algunas de sus esculturas incluyen tortugas realizadas con restos de materiales de la construcción, pescados elaborados con piezas de metal, lámparas con botellas desechadas o familias de humanos hechas con objetos reciclados.
Pom lamenta que la situación en el mar y las playas de Tailandia está empeorando, algo que muchos turistas puede que no aprecien en toda su gravedad, ya que las corrientes, si llevan basura al litoral durante la temporada baja (entre junio y septiembre), devuelven gran parte de los desechos a altar mar durante la temporada alta (entre octubre y mayo).
Según Greenpeace, Tailandia tira al mar cada año más de una tonelada de plásticos que contaminan sus playas y arrecifes de corales, se quedan enredados en las tortugas o terminan en los estómagos de los peces.
En todo el mundo, este país es el sexto que más contamina con desechos los océanos, después de China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka, según la ONG.