La actuación es su trabajo profesional. El ballet y la pintura son sus grandes pasiones artísticas. La escritura es su desahogo. Para ella, escribir es la manera de compartir su mirada crítica sobre la situación actual del país y sus preocupaciones. 

La actriz Ivonne Goderich, quien  responde por el nombre de Diana Carolina  –telenovela que protagonizó con Guillermo Dávila–, se libera de sus inquietudes en el libreto de la pieza Vivir en los tiempos del jaiba que se escenificará del 1 al 3 de noviembre en el Centro de Bellas Artes de San Juan. 

El miedo, la persecución, los favores políticos, el chantaje, el descrédito, la huida de talento profesional y la falta de justicia, entre otros temas, se abordan en el texto de autoría de la intérprete, quien hace una analogía entre el país y las incidencias entre los residentes y una despótica junta de un condominio. 

“Como un ciclo, volvemos a vivir unos tiempos donde no podemos echar hacia adelante, donde todo el mundo tiene la sensación de vacío, abandono, incertidumbre. Y de repente salen un montón de jaibas (‘buscones’) y se aprovechan de la situación que estamos viviendo. La obra es una analogía con las juntas de los condominios y urbanizaciones cerradas, que se convierten en una especie de gobierno despótico, tiránico, que empiezan a hacer negocios por debajo de la mesa”, expresó la actriz, quien dijo que “cualquier parecido con la vida real es adrede” al señalar que nutrió el escrito de experiencias personales y de  amigos. 

“Eso es lo que sucede en el país, que hay mucha gente inteligente que no se mete en peleas porque hace tiempo que ya las opiniones no se respetan en este país y cuando una persona opina es perseguida… En una parte, mi personaje dice: ‘Siempre me pongo a pensar por qué cada cuatro años la mitad del país le tiene miedo a la otra mitad del país. Siempre nos tienen peleando’”, añadió al admitir que su única pretensión es que, desde la comedia que provoca una carcajada, se reflexione sobre el rumbo del país.  

La trama contará con las actuaciones de Roberto Ramos-Perea, Pedro Orlando Torres, Jonathan Dwayne, Velda González, Edgar Quiles y otros actores del Conservatorio de Arte Dramático del Ateneo Puertorriqueño. La dirección es de Ramos-Perea y la producción es de Xavier Cifre, esposo de la actriz. La entrada es libre de costo. 

Goderich confesó que la escritura siempre ha sido su escape. “Es mi pasatiempo para desahogar tensiones y el estrés de mi trabajo profesional que es la actuación, que mucha gente piensa que es tan glamoroso y excitante. Honestamente, el ambiente es bien difícil y el estrés es bien grande. Ser figura pública no es fácil, el costo es alto y lo único que te paga es la satisfacción del cariño del pueblo”, dijo la hija de la fenecida actriz Esther Sandoval en la comodidad de su hogar. 

Precisamente, por ese alto costo, la actriz estuvo lejos del ojo público por 10 años, cuando se centró  en la crianza de su hijo. Luego, retomó su vínculo con el teatro, en el que se ha desempeñado por los últimos años. La actriz de La jibarita, su primera telenovela, dijo que nunca ha creído en la manera de pensar de muchos artistas acerca de que lo importante es que hablen bien o mal, pero que hablen.

 “Me alejé, por una serie de situaciones, que no entraré en detalles, que le suceden a todo el mundo, pero cuando uno es figura pública se agrada y se desinforma. Decido alejarme y me dedico al teatro porque es como una de las últimas fronteras culturales que le quedan al artista que quiere expresarse y ayudar a la sociedad”, comentó. 

Sus fuerzas están en el teatro y sus esperanzas en los  jóvenes teatreros del país. De la televisión, no dice lo mismo. “Me preocupa nuestra cultura. Que estemos empezando a hablar mexicano y venezolano. Me digo: ‘¿Dónde está nuestra gente?’. Pero el teatro todavía nos queda”, comunicó. 

Protagonista de una época

El nombre de Ivonne Goderich es sinónimo de nostalgia. La artista tuvo un rol protagónico en la época de gloria de las telenovelas locales. 

Su rostro muestra emoción al pensar en que mucha gente se transporta a un periodo que recuerda con cariño. “Fue una época maravillosa, donde un grupo  logró trabajar en unas producciones que marcaron una época. ‘Diana Carolina’ parece que se quedó estacionada en el tiempo. Me da nostalgia porque eran tiempos en que Puerto Rico estaba inocente y era una época donde la gente todavía quería creer. El pueblo se unió gracias a la novela”, recordó. 

A pesar de que algunas artistas de su generación están probando suerte en las telenovelas en Miami, para Goderich este ciclo está cerrado. “Creo que desde aquí es una trinchera y un lugar desde el cual puedo ayudar. No pienso en irme, debemos quedarnos y ayudar al país”, concluyó.