Eran cinco varones. Vestían llamativos atuendos que, de alguna manera, marcaban sus cuerpos en desarrollo. Con su coqueta simpatía preadolescente enloquecían a miles dondequiera que pisaban. Les ponían melodía a las vivencias juveniles. Hasta mujeres y hombres adultos se subieron a su moto. Así fue Menudo.

Casi 35 años después de su fundación de manos del productor Edgardo Díaz, la agrupación puertorriqueña sigue siendo una referencia en la historia musical juvenil de Latinoamérica.

La revolución de la “menuditis” tocó a niños y niñas como a personalidades del ámbito artístico y político entre las décadas 70, 80 y 90, como no ha vuelto a ocurrir con ninguno de los grupos que surgieron después en América Latina. Pero, ¿qué tenían esos menudos muchachos que lograron reunir sobre 200 mil personas en el estadio Morumbi en Sao Paulo, Brasil?

“La respuesta es simple, pero no la sabía yo en el momento en que estaba desarrollando el grupo; el 50% de América Latina era menor de 21 años, entonces con esos porcentajes de tanta población joven y no haber ningún artista que cantara y le hablara de ese primer amor, de las cosas que sueñan los jóvenes, las fantasías y todo eso, pienso que ése fue el motivo del éxito”, apunta su creador, Edgardo Díaz.

Menudo se originó en 1977, una vez su fundador desistió de liderar el grupo La Pandilla, del cual no tenía completo control, por no ser el dueño.

“Yo quería continuar el éxito que teníamos, pero nunca me imaginé que íbamos a lograr lo que se logró”, dice el productor en entrevista telefónica desde Ecuador, donde reside hace dos años.

La primera generación de Menudo la conformaron los hermanos Carlos, Oscar y Ricky Meléndez, así como Nefty y Fernando Salaberry. Por ser la original, causaron un gran impacto entre el público. No obstante, la generación siguiente compuesta por Ricky Meléndez, René Farrait, Miguel Cancel, Xavier Serbiá y Johnny Lozada “fue la que abrió muchas puertas en América Latina y fue muy fuerte”.

Igualmente exitosa fue la que integraron Robi Rosa, Ricky Martin, Charlie Massó, Ray Reyes y Roy Rosselló.

Para ser Menudo no había una fórmula, aunque los aspirantes sí debían reunir ciertos requisitos, como estar entre los 12 y 14 años, armonizar en estatura con los demás y tener talento para cantar.

“Tenían que tener magia, ese algo especial de esas personalidades que cuando llegan a los sitios, llaman la atención, y es bien interesante, porque la gente siempre tiene el concepto de la belleza y no es así, la gente los empezaba a ver bonitos después o a encontrarle ese lado que quizás yo le vi desde el primer momento”, detalló el puertorriqueño nacido en Panamá.

A nivel internacional, Menudo conquistó mercados como Brasil, México, Venezuela y la ciudad de Nueva York en Estados Unidos.

En Brasil lograron romper récords al aglomerar más de 200 mil personas en el estadio Morumbi en Sau Paulo; y más de 100 mil en Río de Janeiro y Belo Horizonte, respectivamente.

Cuando aún no se hablaba de crossover, la agrupación, que hasta tuvo su programa de televisión local (La gente joven de Menudo y Menudomanía), llenó cuatro funciones en el Madison Square Garden en Nueva York (1983).

Edgardo recordó que entre el público neoyorquino estaba la diva Diana Ross con su hija.

Otra presentación memorable para el grupo ocurrió en el municipio de Cuzcatlán en San Salvador en plena guerra civil en la década del ochenta.

“En el periódico El Mundo de la época, el titular fue: ‘Menudo detiene la guerra en San Salvador’”, contó el creativo.

Menudo comenzó a tambalearse a fines de los años 80, cuando cambió su casa discográfica. Entonces comenzaron a trabajar con firmas independientes en cada país, logrando nuevamente cierto éxito.

Las acusaciones de índole sexual contra Edgardo Díaz, a juicio de éste, no afectaron tanto al conjunto como fue el arresto por posesión de sustancias controladas de Sergio y Rubén en el aeropuerto de Miami.

“Fue muy difícil, porque son gente que quieres mucho y que entiendes que es una estupidez que hacen los muchachos en un momento determinado como si fuera una broma casi, pero una broma muy pesada y se sufrió mucho”, rememoró quien a partir de ese momento suavizó la onda rockera del grupo para darle otra imagen.

Tras dos décadas dejando huellas en los escenarios del mundo, pues hasta en Japón se presentaron, Edgardo Díaz tomó en serio un comentario de un ejecutivo discográfico que, en buenas palabras, le hizo saber que ya Menudo había terminado. Así nació MDO.

“Fue algo grande que se hizo y, modestia aparte, creo que es lo más grande que ha pasado en la música latinoamericana”, concluyó el gestor de este fenómeno llamado Menudo.