La vedette no muere: se transforma
Sin talento, la belleza de un cuerpo escultural se queda corta.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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G-string, “tapapezones”, cabello frondoso, plumas, tacos, carne, meneo, guiños y risas. Ser una vedette es mucho más que el resultado de la suma de estos elementos. Hace falta el talento de aunarlos y la disciplina para balancearlos, pues no hay que ser una gran vocalista, o una comediante con libreto. El punto es crear un magneto de sensualidad que atrape al público.
La escasez de esta capacidad es uno de los factores responsables de que se haya extinto este subgénero del espectáculo, al menos en Puerto Rico, según Lourdes Chacón, quien se encuentra preparando su regreso como vedette a los escenarios.
“En nuestro caso, el baile es la pasión. Hay que ir poniendo otros complementos: el canto, las canciones, actuar. Los espectadores, o tú te los comes a ellos o ellos te comen a ti”, establece la hermana de Iris Chacón, la más importante “Vedette de América”. Iris no estuvo disponible para este reportaje a pesar de múltiples intentos por conseguirla.
Pero, ¿de verdad ya no hay talento para que se produzca un icono similar a las hermanas Chacón?
“Puerto Rico fue clave en desarrollar lo que es en realidad una vedette, un concepto que no ha muerto, que está ahí, que ni siquiera se ha transformado tanto, porque sigue siendo la misma base”, establece Lourdes Chacón, reservándose detalles de su próximo show.
“En Jennifer López, en Beyoncé tú ves a la vedette. Prácticamente, todas las artistas femeninas que han gozado de fama internacional son flores que han crecido de la semilla de la vedette”, expresa la intérprete de El pescaíto.
La artista confirma así lo que afirman los especialistas del género del cabaret Lisa Appignanesi (1976) y Lionel Richard (1991). Según estos sociólogos, el vedetismo sentó la base del pop actual al incorporar un montaje grandioso que incluye un cuerpo de baile, vestuarios estrambóticos, glamur, extrema sensualidad y algún acto semiacrobático, como entrar desde el techo.
“Nunca se ha ido, ha estado ahí”, insiste Lourdes Chacón.
Pero la pregunta sigue en el aire. ¿Por qué en Puerto Rico no existen los espectáculos tipo revista musical?
Lourdes Chacón apunta al factor económico como el segundo requisito, después del talento, para que una vedette tenga éxito.
“Primero, el talento; segundo, la disciplina; y tercero, lamentablemente, el capital. Necesitas invertir muchísimo si quieres que el producto final sea de calidad, que no se vea a medias, que no sea mediocre o de mal gusto. A eso le sumas la cantidad de gente que necesitas, y entonces se convierte en una preparación altamente costosa”, explica.
“Yo pienso que ésa es otra razón por la que, en Puerto Rico, a veces es más fácil para otros artistas solamente ser cantante, o solamente bailar, o nada más ser actor, porque, cuando las combinas todas, es verdaderamente cuesta arriba llevarlas al público”, detalla.
Otras vertientes
Una causa del fracaso de algunas personalidades en sus intentos de incursionar en este género es el mito de que con ser un símbolo sexual basta para lograr el éxito, apunta Richard en su libro Cabaret, cabarets. Origines et décadence (1991).
Sin talento e inversión, la belleza de un cuerpo escultural se queda corta, añade Lourdes Chacón.
Pero en el resto de Latinoamérica ha continuado la tradición del cabaret como exaltación del erotismo con la figura femenina como estrella. Aparte de Argentina –uno de los bastiones actuales del vedetismo–, en México, estas presentaciones han adoptado una modalidad distintiva a partir del legado de la estadounidense Tongolele en ese país, destaca Richard.
De este modo, este tipo de entretenimiento tiene ahora la versión “palenque” en figuras como la cubana Niurka Marcos, la costarricense Maribel Guardia y las mexicanas Lorena Herrera y Mariana Seoane.
Sin coreografías demasiado portentosas, estas presentaciones serían –más o menos– el equivalente a las fiestas patronales de Puerto Rico, con la salvedad de que sus figuras centrales se adueñan del escenario musical para derrochar sensualidad y picardía sin desembocar en el exhibicionismo.
De manera paralela, el teatro de esa nación ha recuperado el vedetismo con obras como Aventurera y Perfume de gardenias, ambas en cartelera.
Un buen trampolín
Por otro lado, con el vedetismo ocurre algo similar a lo que sucede con los títulos de certámenes de belleza: se convierte en trampolín.
Figuras con aspiraciones de ser cantantes, actrices o animadoras se han desprendido de su título de vedette para adoptar estos otros cuando ya se han gestionado la suficiente fama o poder adquisitivo.
Para Lisa Appignanesi, autora de The Cabaret (1976), pareciera que hay dos caminos para quienes inician su carrera como vedettes: la conversión al cristianismo o la mudanza a otro campo artístico.
Por ejemplo, la artista dominicana Charytín, conocida como “la Rubia de América”, también se destacó en Puerto Rico como icono de la revista musical televisiva. Pero desde hace más de dos décadas se limita a ser conductora. Actualmente se desempeña como tal en Escándalo TV, por Telefutura y Univisión.
Y de los inicios de la actriz boricua Sonia Noemí como vedette, casi nadie se acuerda, lo que ilustra la utilidad “trampolinesca” del vedetismo.
Lourdes Chacón parece saber por qué se ha dado este panorama.
“En realidad, lo que tú quieres demostrar no es que eres un símbolo sexual, sino que eres una artista, y eso cuesta talento, trabajo y también dinero”.
¿Qué es vedette?
Una vedette encabeza la oferta de una revista musical, un tipo de espectáculo que requiere una bailarina como figura central. Si canta y actúa, pues mejor. De hecho, la palabra vedette, en francés antiguo, significa estrella.
Debe ser sensual, pero no pornográfica. Según los libros consultados, Argentina es una de las capitales del vedetismo actual.
Activas las vedettes en Latinoamérica
Adabel Guerrero: Profesora de danza clásica y vedette del Ballet del Teatro Argentino.
Amalia Granata: Pin up de revistas argentinas, actúa en el Festival Viña del Mar de Chile.
Silvina Luna: Saltó a la fama como la vivaracha vedette del reality show Gran Hermano.
Claudia Fernández: Una de las vedettes uruguayas más queridas en el Río de la Plata.
Mariana Seoane, Lorena Herrera y Maribel Guardia son algunas de las vedettes mexicanas que presentan sus espectáculos en los tradicionales palenques.
Los iconos mundiales
Iris Chacón: Si tu boquita, Caramelo y chocolate y Soy rebelde, con sus performances, son parte del acervo cultural boricua.
Josephine Baker: Recordada por sus muecas con guineos colgándole del vestido. Tuvo mucho éxito en París y era una persona culta.
Olga Breeskin: Una de las más importantes vedettes de México. Tocaba el violín. En la actualidad predica el Evangelio en una iglesia.
Norma Duval: Fue Miss Madrid 1973 y, desde entonces, fundó una compañía de teatro responsable de mantener el vedetismo en su país.
Otras vedettes Boricuas aparte de las Chacón
Álida Arizmendi: La ex representante por el Partido Popular Democrático inició su carrera pública como una sensual bailarina.
Gladys Núñez: La ahora asistente del teatrero Rafael Rojas se robó los corazones de muchos con su picardía en la televisión.
Rosita Rodríguez: “Afilerito” La fenecida artista cagüeña también fue una estrella televisiva.
Denissa: Fue del vedetismo al baile en el tubo.