Conocieron bien de cerca el triunfo, conquistaron al público y lograron obtener bienes materiales. 

Pero este grupo de artistas, a pesar de esos logros,  sentían un vacío que nada lo llenaba.

Algunos de ellos tocaron fondo y hoy dan testimonio de cómo Dios transformó sus vidas. 

La cantante y actriz Glorimar “Glory” Montalvo, asegura que había tratado de todo, pero nada la llenaba.

“Un día me levanté y dije ya he tratado todo.  He estado en los lugares más altos en el mundo y he tenido todo y quizá casi todas las cosas que he soñado y me siento incompleta, no me siento en paz. ¿Qué me queda por tratar? Ese día decidí ir a la Iglesia”, recordó.

Para entonces, Glory estaba consagrada como exponente del género urbano, era locutora y también se desempeñaba como actriz. Pero sufría de ataques de rabia que resultaron en dos fracturas, por ejemplo, por darle puños a la puerta de una discoteca.

Estando en la iglesia Glory sintió  la necesidad de aceptar a Cristo, pero por la presión que sentía por ser figura pública no quería pararse y acercarse a recibirlo.

Al pedirle una señal a Dios, la pastora que estaba haciendo el llamado se acercó a ella y fue entonces cuando su vida comenzó a cambiar.

Para entonces Glory trabajaba como locutora del  On Fire Radio Show de la emisora Reguetón 94, y comenzó a notar que no se sentía cómoda hablando doble sentido como solía hacerlo. Su buen amigo Julio Voltio también se dio cuenta del cambio.

“Esa es la renovación que habla la palabra. Había un tema que había empezado con Voltio,  que era doble sentido y yo no lo quería hacer. Él me decía 'es que se va a pegar’ y le dije ‘si quieres quédatelo, pero yo no lo quiero’. Él se me quedaba mirando porque Voltio y yo nos juntábamos y eso era casi a destruir San Juan, éramos bien panas. Un día me preguntó, ‘¿tú estás bien firme, verdad?’, y le dije ‘sí mano,  hice de todo, probé de todo y no vuelvo pa’ ‘trás’. Al año después él aceptó al Señor”, recordó.

Hoy día Glory es capellana y se congrega en la Iglesia Jahweh Jireh en Carolina.

Como capellana visita a presidiarios, hospitales, universidades, habla y lleva comida a deambulantes y otras personas necesitadas.

“Los milagros siguen sucediendo. No merezco nada de esto, de verdad que todo lo que Dios hace  no lo merezco. Viví totalmente en contra de cada uno de sus mandamientos. Cada mandato de Dios lo violé, el único que no violé fue el de desear las cosas del prójimo, pero todos los demás los violé. Y que el Señor haya tenido tanta misericordia y de darme todo lo que me da, es demasiado grande”, dijo.

Sintió el llamado

Reynaldo “Chino” Santiago también ha llenado su vida al ser testigo de los milagros que realiza Dios.

Su primer llamado fue en 1993, cuando lo invitaron a la Iglesia Mission Board en Carolina. El predicador en ese momento era su colega, Bobby Cruz. 

Sin embargo, el entonces integrante de Zona Roja siguió creciendo profesionalmente y eventualmente se integró a Grupomania.

La popularidad y el dinero lo llevaron a vivir de forma desordenada, conducta que comenzó a afectar a su  familia. 

“En el 2000 pasé por una crisis fuerte, personal y matrimonial. Abandoné a mi esposa, a mis hijos, me fui para la calle a vivir una vida en desorden y es que comienzo a tener este colapso personal. Llamé a un amigo mío evangelista, Junior Castillo, que también estuvo en Zona Roja, y fui a su casa y recibí a Jesús”, relató.

Hoy día Chino es pastor de la Iglesia Casa de Adoración su Majestad Jesús y pudo restaurar completamente su matrimonio y familia.

Lo que más lo llena de su nueva vida son los milagros que ve constantemente.

“Veo matrimonios y familias reunidas sirviéndole a Dios. Veo personas que de estar recluídas por una fuerte depresión profunda que se orinaban encima y quisieron quitarse la vida, ahora son líderes de empresas”, indicó.

Entregó su corazón

En el caso de Alex D'Castro no fue una vida de excesos lo que lo llevó a Jesús. 

Luego de tener una exitosa carrera en el género tropical, en el que era conocido como El tenor de la salsa por su potente voz, unos cayos en las cuerdas vocales le hicieron perderla. 

 Tras caer en una depresión profunda, que lo afectó a él y a su familia, el artista decidió entregarse a Dios el 5 de noviembre de 1995, a las 11:45 a.m. fecha que recuerda con exactitud.

“Un día le di mi corazón al Señor Jesús por una promesa que hay en la Biblia que dice ‘si vienes a mí yo te restauraré’. Lo busqué en el trauma porque el ser humano en las malas es que mira para el cielo. En la dificultad es que se acuerda del Todopoderoso”, afirmó.

A los meses de recibir a Dios recuperó su voz y hoy día continúa con su carrera como cantante y también es pastor de la Iglesia Nuevo Testamento. 

“Mi mayor satisfacción es hablarle a la gente de que hay un Jesucristo vivo que perdona, que sana y que restaura", afirmó.