Los últimos segundos de la entrega número 88 de los premios Oscar fueron unos de suma tensión, al menos para aquellos que anualmente invierten su tiempo en ver a la elite de Hollywood dándose abrazos falsos y palmaditas en la espalda por más de tres horas. Sin embargo, hay que aplaudir el que este año Chris Rock se haya encargado de hacer la experiencia lo más incómoda posible para la inmensa mayoría de ellos.

La suerte estaba echada entre tres películas para el premio mayor de la noche: la épica The Revenant, la sátira The Big Short y el drama Spotlight, y no fue hasta que el actor Morgan Freeman abrió el sobre que contenía el título de la ganadora que finalmente concluyeron semanas de especulaciones en torno a la carrera más impredecible en años recientes.

Al final, el triunfo fue de Spotlight, el excelente drama del director Tom McCarthy basado en una investigación del Boston Globe acerca del abuso sexual de menores perpetrado por sacerdotes y el encubrimiento de estos por parte de la Iglesia Católica. De esta forma, Spotlight –que también cargó con la estatuilla al mejor guión original- se convirtió en el primer filme desde The Greatest Show on Earth, en 1952, en llevarse el máximo galardón que otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematógraficas de Hollywood habiendo ganado un solo Oscar adicional.

En términos de números, la gran ganadora de la noche lo fue Mad Max: Fury Road, la cual se alzó en seis categorías: edición, vestuario, maquillaje, diseño de producción, edición de sonido y mezcla de sonido. Tras una racha de victorias consecutivas, las esperanzas de muchos cinéfilos –incluyendo las de este servidor- se ampararon en que quizás la Academia reconocería los monumentales logros de su realizador, el australiano George Miller, con el Oscar a la mejor dirección. Desafortunadamente, no fue así, dejando un mal sabor en la velada (al menos en este paladar).

Ese premio terminó en las manos del mexicano Alejandro González Iñárritu por su trabajo en The Revenant, largometraje que a pesar de que obtuvo el mayor número de nominaciones, con doce, al final solo se llevó tres. Con esta victoria, y tras ganar el mismo premio el año pasado por Birdman, González Iñárritu se sumó al selecto grupo de directores -compuesto por John Ford y Joseph L. Mankiewicz- que han logrado ganar en esta categoría consecutivamente.

Los otros dos Oscar de The Revenant fueron para Leonardo DiCaprio, por mejor actor, y Emmanuel Lubezki, por cinematografía, quienes también dejaron sus  respectivas huellas en la ceremonia. DiCaprio era el Oscar de actuación más seguro de la noche y dio gusto verlo finalmente sostener en sus manos al calvito dorado que por tantas décadas lo había eludido, aún cuando su victoria pudiese ser vista como un “Oscar por acumulación”, ya que su papel en The Revenant no está a la altura de sus mejores trabajos en pantalla. Lubezki, por su parte, celebró su tercer Oscar consecutivo, y no es para menos, pues se trata de uno de los mejores artistas trabajando actualmente en la industria.


Brie Larson se alzó con el Oscar a la mejor actriz por su poderosa actuación en Room mientras que la danesa Alicia Vikander fue reconocida en la categoría de actuación secundaria por su memorable interpretación en The Danish Girl. Aunque ambas llevan varios años trabajando activamente, el premio promete significar un gran impulso en sus respectivas carreras.

La gran sorpresa de la noche fue la victoria de Mark Rylance en la categoría de mejor actor secundario por Bridge of Spies. Aunque su triunfo fue bien merecido –y su humilde discurso de aceptación fue fácilmente el mejor de la ceremonia-, no dejó de ser sumamente inesperado, ya que se pronosticaba que Sylvester Stallone cargara con este Oscar por su actuación en Creed. Ni el mismo “Rocky” vio ese nocáut venir.

Otro momento histórico se dio cuando el legendario compositor Ennio Morricone FINALMENTE obtuvo un Oscar por su banda sonora de The Hateful Eight. Morricone le dedicó el premio a su esposa a la vez que reconoció el trabajo de los otros nominados, destacando al maestro John Williams, a quien abrazó cuando se dirigía al escenario. Ese abrazo entre estos dos extraordinarios artistas, cuyas obras han provisto tantas maravillas al séptimo arte, fue -para mí, y que Leo me perdone- el momento de la noche.

Entre los otros ganadores de la ceremonia estuvieron Inside Out, en mejor película animada; Sam Smith, por la canción “The Writing’s on the Wall”, de Spectre; Amy, en la categoría de mejor documental; Ex Machina, que se llevó la estatuilla a los mejores efectos especiales; y Son of Saul, ganadora del premio a la mejor cinta extranjera.

Chris Rock les tiró con TODO

Muchos esperaban que Rock abordara la polémica en torno al segundo año consecutivo en el que la Academia ha nominado exclusivamente a actores blancos. Para lo que quizás no estaban preparados es que el comediante no les quitase el guante de encima durante las tres horas y media que se extendió la ceremonia.

No habían pasado ni 30 segundos de su monólogo inicial y Rock ya había hecho cuatro referencias al controvertible hashtag #OscarsSoWhite… y no se detuvo ahí. Desde llamar a los premios los “White People’s Choice Awards” hasta señalar la banalidad de estos de cara a problemas reales que afectan a las minorías –como el creciente número de personas negras desarmadas que han sido baleadas por las autoridades en los pasados años-, Rock les tiro sin pena, provocando silencios incómodos que arrancaban carcajadas a medias y aplausos esporádicos.

“Es Hollywood racista? Claro que Hollywood es racista”, expresó el maestro de ceremonias, comparando el racismo de la industria al que se da en la sororidades, aunque luego le bajó un poco el tono al decir que “las cosas están cambiando”.  Mediante divertidos sketches y hasta el uso de canciones –la transmisión acabó con “Fight the Power” de Public Enemy- el comediante no les dejó de restregar en la cara a los votantes la crasa falta de diversidad racial que afecta a su membresía.

Fue un tono refrescante y arriesgado para una ceremonia que regularmente peca de ser tediosa, convencional e insípida. Los valores de producción estuvieron por todo lo alto, con un escenario espectacular en el que artistas como Dave Grohl, Sam Smith y The Weekend cantaron las canciones nominadas. Mención aparte merece Lady Gaga por impresionante interpretación del tema “Til It Happens to You” donde estuvo acompañada por mujeres víctimas de abuso sexual, obteniendo la primera de tres ovaciones de pie que se vieron anoche (las otras dos dirigidas a Morricone y DiCaprio).

La realidad es que este año fueron más los aciertos que los desaciertos, tanto en lo que respecta a la ceremonia como a las selecciones de la Academia como tal. Cada quien tendrá sus frustraciones con uno que otro ganador o ganadora que a su juicio no merecía la estatuilla, pero cabe recordar que los Oscar son pasajeros, y lo que hoy parece un premio mayor, con el tiempo podría terminar siendo un ítem más en una página de Wikipedia. Será el tiempo –y solo el tiempo- el que dicte cuáles fueron los trabajos cinematográficos más memorables del 2015.