Prefería una vida de mucha discreción. Posar frente a las cámaras lo reservaba solo para sus apariciones en la industria fílmica y las promociones de sus películas.

Los escándalos no formaban parte de su estilo artístico. Era tímido y reservado. Su tiempo libre lo dividía entre su fascinación por el surfing, el amor por sus perros, y por los autos de carrera, pasión que llevó más allá del personaje Brian O'Conner de “The Fast and The Furious” al convertirse en un experimentado piloto al volante.

Le encantaba interactuar con el mar. Sentir el vaivén de las olas. "El surfing me tranquiliza; siempre ha sido una especie de experiencia zen para mí", dijo en una ocasión a The Daily Beast . "El océano es tan magnífico, tranquilo e impresionante. El resto del mundo desaparece para mí cuando estoy en una ola", expresó.

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De hecho, antes de triunfar en el mundo del cine, su primera pasión era ser biólogo marino, lo que pasó a un segundo plano con su éxito en la industria del cine. Pero nunca hizo a un lado su interés, razón por la que ingresó el board de directores de The Billfish Foundation en 2006. La entidad sin fines de lucro, creada en 1986, se dedica a promover la conservación del pez vela en todo el mundo.

También, Paul Walker amaba servir. Por eso, creó la organización de ayuda humanitaria, Reach Out Worldwide, una red de voluntarios socorristas que incluye paramédicos, bomberos y especialistas de la salud. Estaba dirigida a ayudar a las comunidades en situaciones de desastre.

En enero de 2010, viajó a Haití para brindar ayuda a las víctimas del terremoto. En ese mismo año, viajó a Chile para ofrecer su ayuda a los afectados del terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter que había ocurrido en febrero.

En días recientes, había comenzado las gestiones para recaudar dinero para las víctimas del tifón en Filipinas Haiyan. La muerte lo sorprendió el pasado sábado en la tarde al salir del evento cuando el vehículo en que viajaba como pasajero, y que conducía su amigo Roger Rodas, chocó contra un poste y un árbol.

Le sobrevive su hija, Meadow Rain (procreada con su exnovia Rebecca McBrainy), quien cumplió 15 años en noviembre y se trasladó a Santa Bárbara en 2012 a vivir con él.