Mi fascinación por el cine de David Lynch comenzó en algún momento en el 2002, cuando me expuse inicialmente a su filmografía a través de la fantástica Mulholland Dr. Al no estar familiarizado con su estilo, la experiencia no fue amor a primera vista. Salí sumamente frustrado del cine, incapaz de descifrar todos los misterios que abundaban en ella: la caja azul, el espantoso monstruo del callejón, el vaquero albino, el Club Silencio.

Sin embargo, como toda buena película, no logré olvidarla y regresé a ella meses después cuando salió en DVD. Me bastó con revisitar los primeros minutos para que todo hiciera “click”, como si hubiera encontrado la pieza clave del rompecabezas. Cuando acabé de verla, sentí la necesidad de ver sus otros trabajos cuanto antes, impulsado por es inigualable sentimiento que nos arropa cuando descubrimos la obra de un cineasta.

Así vi Blue Velvet, The Elephant Man, Lost Highway y Wild at Heart, entre otras, pero Eraserhead solo estaba disponible en la página oficial de Lynch a un costo de $80. Al igual que la nueva edición en Blu-ray de The Criterion Collection, el set incluía seis cortometrajes del excéntrico cineasta, pero ¿en verdad valían los $80? Nunca había pagado tanto por un solo DVD (y nunca lo he vuelto a hacer), pero me tiré a ciegas en uno de esos lujos que se pueden dar los universitarios, solteros y sin hijos. Fue así como Eraserhead inmediatamente se convirtió en una de mis películas favoritas, algo que comparto con el gran Stanley Kubrick, quien la tenía en el mismo pedestal. 

¿Por qué es una de mis favoritas? Principalmente porque no se parece a ninguna otra que haya visto ni -creo- vaya a ver.

La ópera prima de Lynch es extraordinariamente surreal y absurda en su singularidad, abierta a una diversidad de interpretaciones tan amplia que aun 37 años después de su estreno, el propio Lynch todavía asegura que nadie se ha acercado a lo que la cinta significa para él, algo que nunca ha revelado. Y muy bien que no lo haga, como tampoco lo ha hecho con ninguno de sus otros trabajos. Los artistas no tienen que explicar ni justificar su arte.

La médula de la trama no es nada compleja: un hombre de nombre “Henry Spencer” (Jack Nance) descubre que embarazó a su compañera “Mary X” (Charlotte Stewart), por lo que ambos se ven forzados a confrontar la “metía de pata” y sus consecuencias. Es lo que Lynch incluye alrededor de este argumento lo que eleva a Eraserhead hacia lo bizarro, como el maquinista que habita en otro planeta, aparentemente controlando el destino de los protagonistas, la mujer que habita en el radiador en el apartamento de “Henry” y –por supuesto- la grotesca criatura fruto de la relación entre los protagonistas.


Como bien demuestra con su primer largometraje -e incluso desde antes con sus cortos-, Lynch nunca ha sido un director preocupado con que la audiencia pueda resolver sus misterios, quizá porque no los construye con esa intención. Fuera de algunas excepciones –Dune, The Straight Story-, su cine siempre ha sido abstracto, más enfocado en provocar escalofríos y un constante sentimiento de que algo no anda bien, que en ofrecer pistas al espectador.

Mientras esto lo logra mediante una combinación de aterradoras imágenes, su atención al diseño de sonido es igualmente importante. Rara es la escena de Eraserhead que no cuenta con un zumbido incesante o algún ruido industrial que mantienen presente la idea de que siempre estamos escuchando algo aunque no nos demos cuenta. Lynch dirige nuestra atención hacia estos sonidos comunes y, al subirles el volumen, los torna perturbadores, haciendo de lo mundano una pesadilla viviente.

Probablemente nunca sabremos lo que Lynch quiso decir con Eraserhead. La percepción común -y una que la cinta claramente sostiene- es que se trata de una oscura fábula acerca de los miedos a la paternidad, pero esta es la lectura más fácil por ser la más obvia. En lo personal, las veces que la he revisitado no me he concentrado tanto en lo que quiere decir sino en lo que me hace sentir. Al igual que en los trabajos más indescifrables de Lynch, los veo como exquisitas pesadillas cinematográficas de las que afortunadamente me puedo despertar con tan solo apagar el televisor. 

El disco

Esta transferencia en alta definición proviene de una nueva restauración en resolución 4K supervisada por el propio Lynch. Tras haberla visto varias veces en DVD, de inmediato noté que la imagen lucía considerablemente más oscura, con negros aún más profundos que realzan las sombras que predominan en el largometraje. La copia luce nítida, libre de rasguños, sucio y otros desperfectos, con una perfecta y notable distribución del grano del celuloide que proveen una experiencia orgánica con el más alto nivel de detalle que se ha visto en el filme hasta ahora.

La ambientación auditiva es una de las mayores herramientas empleadas por Lynch a la hora de confeccionar sus mundos de pesadillas, y la pista en inglés LPCM 2.0 se encargan de transmitir con suma efectividad la tenebrosa atmósfera industrial que impera en Eraserhead.  

En términos de suplementos, el disco contiene material que ha aparecido en ediciones anteriores así como nuevas entrevistas realizadas por Criterion. Los mismos están divididos por años que van desde 1977 hasta el 2014.


Comenzando por el 1977, tenemos el tráiler de Eraserhead, seguido en 1979 por una entrevista de archivo que el cineasta Tom Christie le realizó a Lynch como parte de la clase de producción para televisión de UCLA. La entrevista se grabó en el set del filme, y en ella Lynch habla de todo –desde la selección de la localidad hasta la reacción del público tras el estreno- menos de su significado.

Los suplementos continúan con dos vídeos breves de 1982 y 1988. El primero una introducción a Eraserhead que Lynch grabó para agradecer al público por el apoyo constante que había recibido el largometraje durante sus constantes presentaciones de medianoche en el teatro Nuart en Los Ángeles. El segundo es un extracto de un episodio del programa francés Cinema de notre temps en el que Lynch y el actor Jack Nance visitna una de las localidades de Eraserhead.

Del 1997 nos llega material de archivo que muestra a Lynch, Nance y la actriz Charlotte Stewart, junto a la asistente de producción Catherine Coulson, visitando los lugares donde se rodó el filme. Las imágenes van acompañadas por entrevistas al grupo de cineastas en el que rememoran acerca del extenso periodo de filmación que tomó cinco años en completarse debido –en parte- a falta de financiamiento. 

El disco también incluye el documental Eraserhead Stories, de 2001, que se adentra en ese largo periodo de producción, con Lynch sirviendo de guía a través de anécdotas. Las nuevas entrevistas fueron realizadas este año por Criterion con motivo de este lanzamiento, pero desafortunadamente Lynch no participó de ellas. Quienes sí aparecen hablando acerca de la película son las actrices Charlotte Stewart y Judith Ann Roberts junto al cinematógrafo Frederick Elmes.


Aun con todos estos suplementos sobre la mesa, la verdadera mina de oro se encuentra en los seis cortometrajes que vienen en el disco, todos restaurados en resolución 2K y con su respectiva introducción por parte de Lynch. Estos son: Six Men Getting Sick (1967), The Alphabet (1968), The Gradmother (1970) dos versiones de The Amputee (1974) y Premonitions Following an Evil Deed (1995). Aunque The Grandmother es mi favorito, considero que Premonitions es una de las mejores muestras del inigualable don que posee el director para crear historias escalofriantes, y aquí lo logra en menos de un minuto. 

Por último, tenemos unas instrucciones provistas por Lynch para calibrar a su gusto los niveles de brillo y contraste en los televisores, y un panfleto ilustrado que incluye una entrevista al director realizada por el autor Chris Rodley en 1997 para su libro Lynch on Lynch