Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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No hay nada como el medio animado para transportarnos a lugares fantásticos o situaciones fuera de la realidad y hacernos sentir que estamos viviendo dentro de ella. The Lord of the Rings es uno de los mayores logros cinematográficos de esta década, pero por más increíble que luzca la Tierra Media de Tolkien, al final sabemos que lo que vemos es producto de un computador.
Sin embargo, en la animación -bien hecha, por supuesto- eso no sucede. Claro, hoy la mayoría de las cintas animadas también son creadas por medio de computadoras, pero estamos totalmente sumergidos en su propio universo.
Tomen como ejemplo el estupendo estreno de hoy, Cloudy with a Chance of Meatballs, filme que sin duda alguna deleitará a los integrantes más pequeños del público, pero al mismo tiempo hará sentir como niños nuevamente a sus acompañantes más adultos.
Su historia se desarrolla en la pequeña isla de Swallow Falls en medio del Océano Atlántico. Allí habita nuestro protagonista, el joven y excéntrico inventor “Flint Lockwood”, quien sueña desde pequeño con fabricar algún artefacto que sea de beneficio para sus compueblanos isleños. Tras varios desastrosos inventos, “Flint” finalmente halla lo que por años estuvo buscando.
En tiempos cuando su isla se ve apretada económicamente debido al cierre de la fábrica de sardinas que era la mayor fuente de sustento de la población, “Flint” se ingenia una máquina que convierte la lluvia en comida. Hamburguesas, pizza, mantecado, sushi, frutas, gelatina... en fin. Si usted lo quiere comer, “Flint” lo puedo complacer.
La fantástica premisa, basada en el cuento para niños del mismo nombre publicado en 1978, se presta para pintar en la pantalla grande una propuesta visual sumamente atractiva, rica en colores vibrantes, tremendas secuencias de comedia y acción, y -sobre todo- una formidable uso de la imaginación. No tuve la oportunidad de verla en su versión 3D, pero es algo que pienso hacer este fin de semana. Por los visuales que vi, algo me dice que debe ser una tremenda experiencia tridimensional.
Escrita y dirigida por Phil Lord y Chris Miller, la cinta es la primera filmada por ambos cineastas quienes anteriormente habían trabajado juntos en al serie de dibujos animados de MTV, Clone High. El dúo demuestra un excelente manejo del medio para contar su historia y por medio de su guión realiza un buen desarrollo de su personaje principal, apoderándose plenamente de la atención y el cariño de los espectadores.
Si de algo peca el largometraje es de la resolución del acto final. Justo cuando parece que va a culminar, los directores introducen varios obstáculos adicionales para los héroes que hacen que el ritmo tropiece un poco. Sin embargo, el desenlace es un asalto a la vista tan llamativo, que no se les pude culpar por querer extenderlo un poco más.
Mención aparte merece el trabajo de los actores cuyas voces dan vida a los personajes. El comediante Bill Hader (Adventureland), es la voz ideal para “Flint”, y sus manerismos son capturados perfectamente por el diestro equipo de animadores. A su genial trabajo se suman los de Anna Farris, James Caan, Bruce Campbell y Mr. T, entre otros.
Cloudy with a Chance of Meatballs tiene de todo un poco para todas las edades. Diversión, comedia, aventura y enseñanzas, tanto para los padres como para los hijos; la cinta es la razón perfecta para llevarse a la familia al cine. Sólo vayan preparado para salir de la sala con varios antojitos culinarios.
*Sin contar la filmografía de Pixar (porque sería demasiado fácil) ¿cuáles son algunas de sus cintas animadas favoritas? ¿Piensan ir a ver Cloudy with a Chance of Meatballs?