Miami. Mike Avilés comenzó la temporada muerta como un media roja. Por breves semanas fue un azulejo y ahora es un indio.

Eso no le causó incomodidad al jugador del cuadro, solo por una razón.

“Por lo menos no fue durante la temporada, en la que uno se tiene que mudar, cambiar muchas cosas. Es complicado porque uno tiene familia y tiene que hacer muchos ajustes”, dijo Avilés previo a un partido de ayer en el Clásico Mundial de Béisbol.

“El cambio a Cleveland fue antes de iniciar los campos de entrenamiento y eso me ayudó a prepararme mentalmente. Además, rápido me dijeron que contaban conmigo y me dieron un contrato de dos años. Esa es la estabilidad que estaba buscando”, agregó Avilés, quien el mes pasado firmó con los Indios por dos temporadas y $6 millones con una opción para el 2015.

“Cleveland me ha dicho que cuenta conmigo. Es un equipo joven, pero que se ha reforzado con unos cuantos veteranos para esta temporada y creo que vamos a sorprender a mucha gente”, dijo Avilés sobre el equipo que el año pasado finalizó cuarto en la División Central de la Liga Americana, a 20 juego de Detroit.

Avilés explicó que su función primordial con los Indios será de superutility. Para el 2013, Cleveland también agregó al elenco al veloz jardinero Michael Bourn, al jardinero e inicialista Nick Swisher, al inicialista Mark Reynolds y en los guardabosques a Drew Stubbs.

La temporada pasada con los Medias Rojas, Avilés fue principalmente el campocorto regular de la novena y tuvo 546 apariciones al plato, máximo total de su carrera. En 136 juegos y 512 turnos oficiales, pegó 128 hits para un promedio de .250 con 13 cuadrangulares y 60 empujadas.

Además, acumuló 14 bases robadas y 28 dobles.

Avilés cree que en su nueva función, de todas maneras, tendrá muchos turnos y, por ello, no le molesta pasar de ser jugador regular a utility.

Sin incluir la acción de anoche, Avilés era el líder en carreras empujadas de Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol con siete. Asimismo, era el único jugador que había pegado cuadrangular.

“Este es mi segundo Clásico y es una experiencia inolvidable. Cuando uno tiene esto en el pecho, uno da un extra, es otro sentimiento”, dijo mientras se tocaba en el pecho las letras de Puerto Rico.