Los jugadores de los Tiburones de Aguadilla pasaron “la salsa y el guayacán” por sus problemas fuera del terreno de las líneas de cal esta temporada.  No obstante, todos se mantuvieron al pie del cañón buscando la clasificación hasta el final.

La novena aguadillana se quedó fuera de la postemporada de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) el martes cuando los Gigantes de Carolina se quedaron con el último boleto clasificatorio al doblegar a los Criollos de Caguas, 4-3.

Lo que permeaba ayer en el camerino de los Tiburones era  una mezcla de sentimientos encontrados tras la eliminación, que les llegó cuando le restaban tres juegos de la serie regular.

“Esta temporada fue una de retos”, aseguró el jardinero Reymond Fuentes. 

“Al principio todos estábamos muy emocionados porque se trataba de un equipo nuevo y queríamos dar la mejor cara por el pueblo de Aguadilla. Pero, después de los problemas con el dueño, el equipo se decepcionó muchísimo y eso nos afectó un montón”, prosiguió Fuentes.

Los problemas que tuvo todo el personal de los Tiburones se debieron al incumplimiento en el pago de la nómina de parte del operador Israel Roldán a partir del 15 de noviembre.

El incumplimiento de dinero provocó que los jugadores no salieran al terreno  y se les confiscara un partido, como visitante, ante  los Indios de Mayagüez  en el estadio Isidoro “Cholo” García.

Posteriormente, la liga auxilió a Roldán a hacerse cargo del pago del salario de los jugadores con un préstamo inicial de $60,000 dólares, que posteriormente se extendió  a $133,000 y que fuentes de Primera Hora afirman que para el 30 de diciembre podría estar superando ese límite.

“A la vez que la liga se encargó del pago de nuestro dinero, el equipo revivió, pero era muy tarde para nosotros.  Además de eso fue una temporada divertida, llena de retos y con decepción porque no podemos dejar eso en la oscuridad. Todo hay que reconocerlo y traerlo a la luz”, dijo Fuentes.

Lo que motivaba a cada jugador a darlo todo, a pesar de no cobrar como fue acordado sus servicios, era su orgullo y el compromiso con la fanaticada.

“Lo que nos inspiraba era el orgullo. Tener orgullo por lo que uno hace, por dar lo máximo por respeto al uniforme que uno tiene puesto.  Es más bien el orgullo como ser humano, de salir al terreno a jugar sin importar los obstáculos y divertirnos”, manifestó Fuentes.

Ese orgullo fue una de las cosas que destacó el dirigente de la novena Carlos Baerga al describir la montaña rusa que vivieron todos este año.

“Los jugadores se tiraron al terreno de juego a dar el 100 por ciento con todo el  huracán que ha pasado el equipo toda la temporada. Era para mucho de ellos quitarse, pero no lo hicieron”, expresó Baerga.

Sin contar la jornada de ayer, en Carolina, los Tiburones tenían marca de 10-27.