Milwaukee es sede de dos equipos profesionales, los Cerveceros en el béisbol de las Grandes Ligas y los Bucks en la National Basketball Association (NBA, por sus siglas en inglés). Los equipos visitantes, sin embargo, no solo tienen la preocupación de salir con la victoria, sino que también deben enfrentar las misteriosas ocurrencias del hotel oficial, el Pfister Hotel, que queda a tres cuadras del icónico Lago de Michigan.

Son muchas las historias relatadas por atletas que tienen la valentía de dormir en el antiguo hotel que abrió sus puertas en el 1893. Figuras de la talla de Adrián Beltré, Damian Lillard, Bryce Harper y Giancarlo Stanton han pasado verdaderos sustos durante sus estadías en el hotel.

En una historia publicada en el portal de ESPN, Stanton, toletero de los Marlins de Miami, dijo que las antiguas pinturas y cortinas no son de su agrado, pues le recuerdan la mansión embrujada que es una de las atracciones icónicas de Disneyland. Del mismo modo, el segunda base de los Rojos de Cincinnati, Brandon Phillips, dijo que durante una estadía vio como el radio de la habitación se encendió por su cuenta. Phillips apagó el aparato y tomó una ducha, pero al salir el radio se había encendido nuevamente.

Lillard, integrante de los Trail Blazers de Portland, fue mucho más directo al publicar en su página de Facebook el pasado 30 de enero que “no me importa lo que diga la gente, el hotel Pfister está embrujado”. De igual manera piensa Harper, jardinero de los Nacionales de Washington, quien experimentó un extraño suceso durante una estadía.

 

“Antes de dormirme saqué un pantalón y una camisa y las coloqué en el taburete ubicado frente a la cama. Pero cuando me levanté al día siguiente la ropa estaba en el piso y el taburete se había movido al otro lado del cuarto. Le pregunté a mis compañeros de equipo si había entrado para jugarme una broma, pero todos me juraron que no lo hicieron”, indicó Harper en el historia en ESPN.com.

El relato más jocoso fue el del tercera base de los Filis de Filadelfia, Michael Young. El jugador explicó que llegó a su cuarto al concluir un partido nocturno y se quedó dormido rápidamente. Sin embargo, Young se despertó al escuchar pisadas dentro de su habitación.

“Como ya había escuchado muchas historias de las cosas que ocurren en el hotel, ya estaba completamente despierto. Escuché las pisadas otra vez y entonces grité ‘Oye, siéntete como en tu casa. Toma asiento y relájate pero, por favor, no me despiertes. ¿Trato?’ Después de ese intercambio no escuché nada más el resto de la noche”, dijo Young.

Otros, como el nuevo integrante de los Medias Rojas de Boston, Pablo Sandoval, prefieren pagar con su propio dinero para hospedarse e otro hotel antes de dormir en el Pfister. De igual manera, el Heat de Miami en la NBA.

Los atletas no son los únicos que piensan que el hotel está embrujado, pues son muchas las historias de huéspedes que han visto como las puertas de sus habitaciones se abren y cierran por sí solas, o personas que juran haber visto el fantasma del fundador Charles Pfister.