Greten Santana llevaba casi dos meses que no podía dormir bien en su residencia, en el barrio San Romualdo.

Tan pronto caía la noche, el hedor que provenía de un desborde de aguas usadas muy cerca de su casa se apoderaba del aire y se impregnaba de tal forma que apenas podía respirar.

Y aunque admitió que las autoridades están tratando de encontrar una solución, el problema de desbordamiento no acaba de resolverse por completo.

“Es una situación muy fuerte. Cuando esa pestilencia explota de 11:30 p.m. a las 5:00 a.m. es un dolor de cabeza, dan ganas de vomitar y picor en los ojos. Es insoportable”, manifestó Santana.

“Sé que están trabajando con la situación, pero no está fácil”, agregó.

Santana es uno de cerca de 20 vecinos que se han visto afectados directamente por un río de aguas usadas que pasa por su comunidad, específicamente en el kilómetro 0.8 de la carretera PR-309, producto del colapso de una tubería de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) en la zona. 

“Mi preocupación es que esa agua cae en una quebrada que desemboca en el río Guanajibo y se puede ver afectada la bahía de Mayagüez, porque lleva semanas así. Esto puede ser un problema de salud”, apuntó, por su parte, Frederick Díaz, quien también vive en la comunidad San Romualdo. 

Mientras, el director regional de la AAA, Joel Lugo, confirmó que el desbordamiento de aguas sanitarias se debe al colapso en varios tramos de la tubería principal o troncal sanitaria, una conexión cilíndrica de 30 pulgadas de diámetro que recoge todas las aguas usadas de Cabo Rojo y Hormigueros. Según Lugo, esa instalación ya cumplió su vida útil, pues lleva en funciones desde hace más de 40 años.

“A principios de octubre tuvimos varios colapsos en la tubería sanitaria que transcurre a lo largo de las carreteras PR-114 y la PR-309. Hemos experimentado desbordes en un tramo detrás de lo que era la fábrica Bristol, uno en la 114 km. 3.9 y otro en el barrio San Romualdo. Pero estamos trabajando con la situación”, sostuvo Lugo en entrevista con este medio.

“Luego que identificamos los colapsos, movilizamos varios contratistas para colocar bombas de baipás entre un registro a otro para aislar el tramo que está colapsado”, agregó.

En el caso del desborde en San Romualdo, Lugo indicó que luego de varios intentos por controlarla, identificaron varios de los registros aledaños que estaban tapados y luego de limpiarlos, con la ayuda de bombas, mejoraron grandemente la situación. Además, personal de su oficina se mantiene diariamente monitoreando la zona.

“Ahora mismo estamos en el proceso de rehabilitar las tuberías de tramo a tramo para que siga operando. Nuestra proyección para reparar esa tubería es la segunda semana de diciembre, debido a que estamos esperando los materiales porque ese diámetro no se consigue aquí”, señaló el titular de la AAA.

“Debido a la profundidad de la tubería, tuvimos que cerrar la carretera la PR 114. Estamos esperando a ver si podemos abrir un tramo para mejorar un poco el flujo vehicular, aunque sea temporeramente. Ya a mediados de noviembre, esperamos cerrarla otra vez para comenzar la instalación de la tubería”, subrayó.

Lugo indicó, además, que la troncal está dentro del programa de Mejoras Capitales de la Autoridad y que están a la espera de que se asignen unos $20 millones para, finalmente, reemplazar toda la cañería, en un proyecto que sería de mayor envergadura.