Para algunos jóvenes, el no saber qué estudiar en la universidad podría ser angustiante. Sin embargo, cuando esa indecisión se considera una parte normal de su desarrollo, puede enfrentarla como una oportunidad de crecimiento personal.

Un asunto importante a considerar es conocer la diferencia entre la ocupación y la vocación.

La ocupación podría requerir de una preparación universitaria previa, mientras que la vocación es el llamado o el legado en la vida. Algunos estudiantes deciden prepararse, académicamente, en una ocupación, aunque no sea su vocación. Otros, escogen una ocupación que también es su vocación.

Existen cuatro pasos a considerar para escoger, de manera informada, un programa académico que permitirá ejercer una ocupación.

El autoconocerse es el primer paso para elegir un programa académico. Se deben identificar las motivaciones en la vida, las destrezas que se tienen o se podrían desarrollar, las herramientas o las cosas con las que se desearía trabajar, el grupo de personas con quienes se quiere interactuar y los lugares donde el joven se visualizaría trabajando. Este proceso de autoconocimiento se mantendrá a lo largo de toda su vida y le ayudará a elegir de manera más acertada.

El explorar las opciones ocupacionales es el segundo paso. Es recomendable visitar los portales de las instituciones universitarias y verificar los secuenciales curriculares de los programas académicos que ofrecen. Determinar si se sentirá cómodo o no con el tiempo que requiere ese programa y el tipo de clases que ofrecerán. Realizar entrevistas a personas que estudiaron o están estudiando ese programa académico, también podría ayudar. Ofrecerse como voluntario en algún lugar en el que se ofrezca la oportunidad de interactuar con el ambiente laboral de interés.

El parear las posibles ocupaciones con uno mismo es el tercer paso. Una vez se han identificado los posibles programas académicos que se interesan, se pueden visitar portales electrónicos que ofrecen mayor información sobre las ocupaciones y completar los inventarios ocupacionales que existen en estos. Unos portales de mucha ayuda son: www.careeronestop.org, www.miproximopaso.org y www.onetonline.org. En estos portales se podrá obtener mucha más información de las diversas ocupaciones y, sobre todo, se encontrarán inventarios confiables que ayudarán a parear los intereses y las habilidades con posibles ocupaciones o programas académicos. Sin embargo, el resultado de estos inventarios no debería ser el único recurso para la toma de decisiones, pues son solo una guía informativa.

El establecer un plan de acción es el cuarto paso. Cuando se escoja un programa académico particular o una ocupación, es necesario responder a lo siguiente: ¿Cuáles son mis metas? ¿Cómo y dónde me visualizo? ¿Cuáles son los obstáculos con los que me puedo encontrar? ¿Cuáles son las alternativas para superar los obstáculos? ¿Considero mis oportunidades de empleo por patronos o por autoempleo?

En ocasiones, lo que realmente se anhela estudiar no es lo que la realidad social, económica o política podría permitir. Sin embargo, el establecer un plan A, plan B o incluso plan C, ayudará a tener alternativas, cercanas al mayor deseo ocupacional. Si el joven necesita más ayuda para realizar estos pasos, es recomendable comunicarse con un consejero profesional licenciado para dirigirle en el proceso de selección ocupacional.

La autora es consejera profesional licenciada de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina.