El COVID-19 impacta a los pacientes con cáncer
Los cambios impuestos por la pandemia han retrasado algunos diagnósticos, por lo que se alza una voz de alerta
PUBLICIDAD
A raíz del grave impacto que ha tenido el COVID-19 en los protocolos médicos y el miedo de propagación del virus en la población, el oncólogo José Lozada Costa recalcó la importancia de que las personas retomen sus tratamientos, ya que la pandemia no detiene el progreso de esta enfermedad.
“La mortalidad de la mayoría de los cánceres sin tratamiento es muy alta. La recomendación es que no se detenga el tratamiento ni las pruebas de cáncer durante la pandemia”, insistió Lozada Costa, médico con más de 16 años de experiencia atendiendo a pacientes con problemas en la sangre y todo tipo de cáncer.
La Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS, en inglés) registró que más de un tercio de los adultos en Estados Unidos no recibió la detección de cáncer recomendada durante la pandemia. Además, más de 600 mil personas murieron por cáncer en Estados Unidos en el 2020, según estima la ACS.
El cáncer es una enfermedad que va causando cambios en los genes que controlan la forma en cómo funcionan las células, especialmente cómo crecen y se dividen, según información de la página web del Instituto Nacional de Cáncer. Existen más de 100 tipos de cáncer y, por lo general, reciben el nombre de los órganos o tejidos donde se desarrollan.
El coronavirus ha afectado en gran medida a los pacientes con cáncer, ya que, al paralizar los tratamientos y las pruebas de detección, muchas personas no pudieron monitorear su salud debidamente por un largo lapso de tiempo.
“El cáncer es una enfermedad que no espera. La pandemia paralizó el mundo, pero no paralizó el cáncer. Sabemos que es preocupante el tiempo que pasa entre que la gente se haga su prueba, se diagnostiquen debidamente y comiencen los tratamientos”, observó, por su parte, la vicepresidenta del programa de Control de Cáncer y Servicios a pacientes de la ACS, María Cristy.
Preocupación por los diagnósticos tardíos
Un estudio de la Fundación de la Prevención del Cáncer (PCF, en inglés) sostiene que el 43% de los pacientes perdió sus citas rutinarias por miedo al COVID-19. Además, señaló que el 35 % no asistió a sus pruebas programadas de detección de cáncer durante lo que va de pandemia.
“Todavía estamos viendo diagnósticos tardíos. Hay pacientes que quizás al principio de la pandemia estaban en un estado curable, pero para cuando pudieron conseguir hacerse todas las pruebas y los estudios necesarios para darles el tratamiento, el cáncer estaba más avanzado. Algunos cánceres quizás pasaron de curables a incurables. Yo creo que ese es uno de los costos de vida de la pandemia, que todavía no ha sido bien cuantificado”, explicó el doctor Lozada Costa.
La National Comprehensive Cancer Network (NCCN) estima que habrá más de 10 mil muertes durante los próximos 10 años en Estados Unidos por cáncer de mama y cáncer colorrectal, debido a los retrasos relacionados con la pandemia en la detección y el tratamiento de estas enfermedades.
En Puerto Rico, los cánceres más comunes son el cáncer de próstata en hombres y el de mama en las mujeres. Además, otros frecuentes en la población puertorriqueña son el cáncer colorrectal, de tiroides y de pulmón.
Vulnerables ante el COVID-19
Un paciente con cáncer recibe tratamientos que debilitan su sistema inmunológico, como los trasplantes de células madre (médula ósea) o medicamentos de quimioterapia, según la ACS. Ante esta situación, contagiarse con el coronavirus podría complicar su estado clínico y enfermarse gravemente.
La ACS recomienda que las personas que hayan pasado recientemente por un tratamiento de cáncer tengan especial cuidado, ya que su sistema inmune tarda en recuperarse.
El doctor Lozada Costa insistió en que la pandemia afectó la accesibilidad de la atención médica durante los primeros meses, mientras la principal función de los laboratorios y los hospitales era atender la propagación del coronavirus. Muchos pacientes no lograron recibir quimioterapias o trasplantes de médula ósea a tiempo, por lo que sus tratamientos para combatir el cáncer se vieron detenidos.
“Los pacientes que estén recibiendo o necesiten recibir tratamiento para cáncer no lo deben demorar por el COVID-19. Usen las precauciones básicas recomendadas: usar mascarilla, lavarse las manos y mantener el distanciamiento social. Es muy importante tratar su cáncer, particularmente, aquellos que lo tienen curable”, sostuvo.
A vacunarse, a continuar los tratamientos y a realizarse las pruebas de detección temprana
Al ser la principal causa de muerte en Puerto Rico, el oncólogo Lozada Costa exhortó al Departamento de Salud a tener en cuenta a los pacientes con cáncer en la distribución de las vacunas.
El doctor aseguró que, según las guías médicas sobre los tratamientos de cáncer, no existe contraindicación por la vacuna contra el COVID-19.
“La única posible excepción son los pacientes que se acaban de hacer un trasplante de médula o les acaban de dar una quimioterapia para una leucemia aguda, ya que les bajan las defensas. Estos pacientes deben esperar a recuperarse de esa terapia o de su trasplante para ponerse la vacuna”, reconoció el médico.
Además, subrayó que muchas clínicas y centros de quimioterapia han vuelto a operar regularmente para permitir que los pacientes puedan tener sus tratamientos o pruebas de detección temprana, particularmente, en caso de tener un historial de cáncer en su familia.
“Es vital que la gente vuelva a hacerse su seguimiento médico: las mujeres, sus mamografías; todo adulto de 45 años en adelante debe tener su primera colonoscopia; e ir a su médico primario una vez al año, o cuando se le recomiende”, enfatizó el oncólogo.
Este contenido comercial fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.