Pues será que la economía ha experimentado un subidón que ha llenado infinidad de bolsillos, o que las tarjetas de crédito han revivido en la profundidad de las carteras y están siendo explotadas como fuego artificial, pero lo cierto es que el compreteo navideño está como el perreo de aquel verano: intenso.

Me viene a la mente mi santa madre, quien sostenía a capa y espada que la Navidad no era una fecha obligada para regalar, que los obsequios estaban destinados para cualquier día y no en una fecha particular y, sobre todas las cosas, que el mejor regalo era aquel que se necesitaba. Guiada por su opinión llegaba en cualquier momento a nuestra casa con un sartén, una planta, un costurero, un cucharón o cualquier avechucho que entendiera que hiciera falta.

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No sé si se ha fijado usted que el tráfico de gente en las tiendas es impresionante, que cada cual carga con varias bolsas, sean con artículos a precio regular o aprovechando uno de tantos especiales que nos tientan para gastar más. Pero bueno, que regalar es una acción que de alguna forma sacude el corazón, cosa que buena falta que nos hace.

Sin embargo, hay una pila de regalos magníficos que podemos obsequiar esta Navidad y durante todo el año. Regalos que cumplen un propósito especial y que, en mi opinión, tienen más significado y conllevan más tucutucu en el corazón. ¿Y lo mejor? ¡Pues que no cuestan na, pero valen to! Así que si no tiene dinero o se le acabó el que tenía de presupuesto, ¡tranquilein!, active la creatividad y regale acciones de consideración, solidaridad y amor.

  • ¿Qué tal si le cuida los niños durante una noche a esa pareja amiga? Seguramente están extenuados, sin tiempo para ellos, siempre corriendo. Cuidarle los niños para que disfruten de una salida será un regalo inolvidable, se lo aseguro.
  • ¿Y si le lleva a alguien una comprita? Usted les conoce, saben que andan apretados para llegar a fin de mes, entonces, una comprita sería un presente espectacular. Es más, hasta póngale moñas a las bolsas del supermercado.
  • ¡No cocines! Oh wow, este es un regalo sensacional. A esa pareja de adultos mayores dígale que no se preocupen, que descansen de la cocina. Prepáreles una cenital rica… un arrocito, una carne, ensaladita y postre. Nada complicado, sino hecho con amor. Llévela a su casa, póngales la mesa y disfrute de ese placer indescriptible de verlos comer.
  • ¡El acompañamiento es un gran regalo! Tiene alguna amiga a la que operarán, o que siente miedo ante una cita médica. Dígale que su regalo será acompañarla, ser su cheerleader, hacer su espera placentera y después invitarla a un café. Muchísima gente se siente sola ante esas tareas de salud que hay que realizar y el acompañamiento vale oro.
  • ¿Un picnic? ¡Pues claro! Dígale a esas amistades a las que adora, pero a quienes no puede regalarles de manera individual, que les invita a un picnic en alguno de los hermosos lugares que tiene nuestra Isla. Una picaderita, una botellita de vino o una jarra de limonada y ya está. Un fantástico regalo colectivo.

No hay que gastarse los chavos e ingresar en la fila de la peladera para demostrar amor, que es lo que a fin de cuentas pretende un regalo. Tenga presente lo que mencioné al principio: hay regalos que no cuestan ná, pero que valen tó. ¡Feliz Navidad!