“Me sentí unido con todo, hasta pude apreciar los olores de la tierra”, dijo uno de los participantes. “Jamás pensé sentirme así estoy renovada”, expresó otra. La emoción de ver otra vez el poder que tenemos de alinearnos a nuestro mayor bien y versión, me cautivó. Este pasado sábado no fue diferente a la experiencia que siempre experimento al dar una clase de yoga o un taller. No importan las condiciones del tiempo, la diversidad en las personas que llegan, o las razones por las cuales están allí, es increíble lo que sucede cuando nos unimos con un propósito de bien. El bienestar que surge de trabajar en nuestro cuerpo, la mente y el espíritu es más poderoso cuando se hace en grupo, porque, aunque la ilusión de estar separados nos maree, realmente estamos todos unidos. La yoga no es una religión, ni un culto separado a los demás, es una disciplina corporal que genera grandes beneficios. Sin duda, lo mismo sucede en las iglesias y en todos los caminos donde la gente se une con bases puras y de amor. Y eso, merece celebrarse y respetarse.

Esa mañana nos juntamos en un evento creado para ayudar a los cuidadores y pacientes de Alzhimer, habían personas dedicando la clase a sus fallecidos por esta condición, mientras sentían el bienestar que se regalaban a sí mismos provocando balance, calma, relajación y un claro pensamiento libre de preocupaciones, por lo menos por hora y media. En lo personal, salí también renovada, por el compartir con todas esas almas que a veces sin saber por qué llegan al encuentro. Es hermoso reconocernos por lo que nos parecemos en vez de por los que nos diferencia, así estamos juntos creando un mejor coexistir en esta historia que necesita tanto de nosotros y de nuestras buenas acciones.

Se haga yoga o no, comparto algunos principios que otra vez, son iguales a los de otros caminos espirituales. Sigamos uniéndonos para ser mejores, y respetemos cada camino, son tiempos que nos exigen el amor en la diversidad.

Practicando estos principios evitamos mucho dolor, y entramos en contacto con nuestras elevadas virtudes que a su vez nos llevan a vivir mejores experiencias de vida, como la que disfrutamos juntos en Bayamón y que generó tanta felicidad real. ¡Inténtalo!

Ahimsa- No violencia. Mental, verbal y física a cualquier ser vivo incluyendo animales. Si se quiere dominar la mente y el cuerpo debemos controlar los instintos básicos de nosotros mismos. ¿Cómo reaccionamos? ¿Damos insultos y golpes? Existen estímulos constantes para provocar estos instintos. La práctica nos enseña a vencer y hacernos expertos en controlar esto. No significa que cambiaremos la realidad, la realidad seguirá ahí, lo que cambia es la forma en que reaccionamos. Gradualmente esto da esperanza a nuestra sociedad para ser mejores ya que nuestra sociedad es un constante ir y venir de reacciones como un juego de ping pong.

Satya- Ser veraz. La mente es muy complicada. No siempre decimos la verdad. En ocasiones pensamos una cosa, decimos otra y actuamos otra diferente, sin coherencia. Trabajar el cuerpo, la mente y el espíritu alinea estos pasos. No podemos actuar sin meternos en problemas si no estamos alineados en este aspecto.

Asteya- No robar. No antojarnos de las cosas, personas o situaciones que no nos pertenecen. De algo que no está en libertad de pertenecernos. Esto es aplicable a la gente también. Por esto debemos de reconocer nuestras verdaderas necesidades.

Brhamacharia- Disciplina. Mantener disciplina, el hábito de la respiración, la concentración y trabajo en el enfoque. Repetición es lo que nos lleva a ser expertos y dominar nuestra mente y cuerpo. Lo mismo sucede en el amor, para vivir el amor hay que ser constantes si lo dejamos por un segundo se puede desvanecer. Moderación en acción y regulación es este concepto.

Aparigraha- Tener cuidado de ser posesivos u obsesivos. Conocernos lo suficiente y usar en la vida sólo lo que es necesario. Lo que el cuerpo necesita es importante. Lo que nuestro cuerpo y mente (como pensamientos negativos o violentos) no necesitan no se lo debemos dar, porque nos puede traer problemas.