Una semana comienza, enfocados en las metas que nos trazamos, que con disciplina y práctica vamos a lograr. Esta semana muchos empiezan dieta, otros sus promesas de cuaresma, tal vez un nuevo hábito de bienestar o cambio en actitud. Ciertamente tenemos el día de hoy y en cada día una nueva oportunidad para decidir qué queremos comenzar, terminar o modificar. Nos ayuda mantenernos motivados y con persistencia trabajar para el logro. Pero;

¿Qué pasa cuando vamos por buen camino y de pronto nos descarrilamos?

Cuando deseamos hacer un cambio o ajuste en nuestro estilo de vida, actitudes o carácter, es común que precisamente en el momento que nos sentimos bien, en la supuesta cima, habiendo logrado los resultados o cerca, nos relajemos y regresemos a los hábitos que precisamente intentamos eliminar. En un momento, sutilmente nos damos el permiso de debilitarnos pensando que ya estamos en control, puntualmente para empujarnos a darnos cuenta que no podemos bajar la guardia.

La disposición natural del humano es inmediatamente sentirse culpable, mal consigo mismo. Se activan emociones que llevan a la vergüenza hasta rendirnos. Les insisto a mis clientes: ¡Seamos aprendices felices!

El tema es que, absolutamente todos, estamos aquí para aprender, superarnos a nosotros mismos, nuestras sombras y limitaciones. Por eso errores cometeremos en algún momento o en muchos. ¿Cómo vamos a evolucionar sin ellos? En esos casos donde nos vemos desconcentrados de la meta, distraídos o perezosos de continuar, es ahí cuando es importante activar todos los mecanismos aprendidos para seguir adelante. Apoyémonos con motivación e inspiración en el proceso y seamos nuestros mejores amigos evitando así el auto sabotaje. Ser un aprendiz feliz es entender que momento a momento estamos aprendiendo, así como todos. Entonces es mucho más saludable darnos un abrazo, enfocar los logros, afinar los pasos y reiniciar la tarea que nos hemos propuesto. La próxima vez que te veas fuera del carril hacia tu meta, sonríe y vuelve a comenzar.

Sugerencias:

Enfoca en lo positivo de cada evento o situación.

Haz tus cambios con actitud de alegría y curiosidad.

Deja la culpa a un lado, siempre hay oportunidad para ser mejores.

Traza metas que sabes que puedes lograr.

Ve paso a paso hacia tus logros disfrutando el proceso.

Sé empático contigo mismo.

Busca ayuda de ser necesario.