Cuando dejó de gritar
El confinado, que no sabe si algún día volverá a la libre comunidad, dejó de gritar, como hacía cada noche al soñar con el momento que lo llevó al encierro.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Él me dijo: “Ya no despierto a mis compañeros”. Y no tuve duda de que estaba frente a un milagro.
He escrito y hablado por largo tiempo sobre el poder que tiene la práctica consistente de la meditación, y si se fijan, no es un producto tipo pirámide que me ofrece algo de vuelta directamente a mí, si logro que otros mediten. No intento imponer, ni convencer a nadie sobre sus beneficios, pues es una técnica descubierta hace demasiado tiempo. Tampoco se trata de una opinión, porque estoy de frente a un hecho, que no lo creí hasta que me impliqué con seriedad y pude vivir los resultados, lo he visto en mis clientes también, pero el destino me tenía una inesperada sorpresa.
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He aprendido más profundamente que los prejuicios, aunque sean sutiles, nos detienen a nosotros y a los demás de vivir transformaciones que benefician al mundo. Como dijo una amiga en mis redes: “No se trata de cambiar al mundo, sino de hacer cambios que impacten este mundo.” Y en eso tengo fe. Por eso no deja de sorprenderme cada vez que no escucho, no hago caso y elimino los prejuicios que otros me comparten como: Esta generación ya está dañada y es así, nadie puede cambiar, los confinados son gente que no quiere transformarse, para qué hacer el bien si todo el mundo hace lo que quiere, entre otros, y lo que ocurre es un milagro.
El confinado de máxima jamás había escuchado sobre la meditación, mucho menos hacerlo. Me contó que ahora lo practica a diario, después de haber tomado el taller. Pasó una semana solamente, de práctica diaria y ahora duerme tranquilo. El confinado, que no sabe si algún día volverá a la libre comunidad, dejó de gritar, como hacía cada noche al soñar con el momento que lo llevó al encierro y despertaba a todos en sus celdas hasta llamar a un oficial que lo atendiera. Sin duda, una confirmación más, no solo de los grandes beneficios de una práctica tan sencilla, más aún, de que hay que andar muy atentos, y no dejarnos detener por las voces del miedo que nos ofrecen información falsa que si les hacemos caso nos detienen de ser nuestra mejor versión, de sembrar una semilla de bien y de hacer un pequeño cambio en la vida de alguien y así, en nuestro mundo. Ahora mi corazón conoce mejor el amor.
Sugerencias:
- Antes de juzgar recuerda que no conocemos nunca a una persona en profundidad. Que somos humanos y como humanos vamos a cometer errores que nos sirven para crecer.
- Saca tiempo diario para meditar. Practica la meditación sin lucha con la mente.
- Confía en la verdad de que nadie es perfecto y nadie lo será, seamos valientes de aceptar nuestros errores sin tanto orgullo.
- Vive feliz.
- Siempre que puedas ayuda a alguien a que encuentre su plenitud, su camino de bienestar.
- Aprende de otros, comparte tu luz y viceversa.
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Táyna Rivera Llavona es fundadora de Lo mejor de ti, lleva una década sirviendo a otros en su evolución personal y profesional; hacer transformaciones en sus vidas a través de la práctica seria del life coaching. Es Life Coach (CPC) (CRC) (CBEC), maestra en psicología positiva y maestra de yoga denominada Yoga Siromani en el 2004 en Sivananada Centre, Quebec. Ha llevado con éxito sus talleres y servicios corporativos a Costa Rica, Panamá, Estados Unidos y Puerto Rico. Es autora de las novelas de ficción "14 días de Marisol", "SIETE: Una historia para tu alma" y su más reciente publicación de autoayuda, "Hacia la Victoria". Ofrece talleres a empresas, grupos y servicios individuales en su oficina en Guaynabo y telefónicamente para clientes fuera de Puerto Rico.
Lo mejor de ti con Táyna
Columna de autoconocimiento y evolución personal.