Por ahí viene el cuco...
“Aquí lo que va a venir es la independencia”, dicen algunos. Pero lo dicen en un tono tan tétrico y terrorífico, que estremece”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Conocemos de las tácticas “sicológicas” que por años se han utilizado con los niños y las niñas, a la hora de ir a la cama, para que sean obedientes y se porten “bien”.
“Duérmete nene, duérmete ya, que viene el cuco y te comerá”, dice la nana. Y se duermen. Es un miedo irracional, pues nunca han visto al cuco. Demás está decir, que es una táctica anti pedagógica y terrorista.
La táctica del cuco se ha aplicado en todos los aspectos de nuestra vida. Es meter miedo con algo, aunque no lo conozcas; aunque no exista la amenaza; aunque sea un invento.
Sucedió con el movimiento libertario en Puerto Rico y con los etiquetados “comunistas” en los Estados Unidos, durante el macarthismo. Entre 1950 y 1956, el senador Joseph McCarthy desató un proceso de persecuciones, acusaciones infundadas, denuncias, interrogatorios, procesos irregulares y listas negras contra personas sospechosas de ser comunistas.
En el marco de la Guerra Fría, se acusó de espionaje y deslealtad a funcionarios del gobierno de los Estados Unidos. Se acusó a actores y a actrices de cine, a guionistas, a directores. Una verdadera cacería de brujas.
Un periodista, Edward R. Murrow, se enfrentó a McCarthy desde su programa de televisión See it now. Destacó que McCarthy confundía la opinión pública y actuaba en contra al debido proceso de ley. “No debemos confundir el desacuerdo con deslealtad”, dijo en su programa. “No descendemos de hombres temerosos, de hombres que temían escribir, hablar, asociarse y defender causas que eran, por el momento, impopulares...”.
McCarthy lo que hizo fue explotar el miedo y la aversión que le tenían los estadounidenses a la Unión Soviética.
En Puerto Rico, el macarthismo hizo estragos. Ser independentista, nacionalista comunista, socialista o libre pensador, era todo una misma cosa. Miles de boricuas fueron perseguidos, encarcelados y fichados. Se infundió miedo con “la República y el comunismo”. Se utilizó como instrumento de miedo, la pobreza de República Dominicana y la revolución cubana.
El propio Partido Popular Democrático fue objeto de estas tácticas intimidatorias. Cada vez que daban un paso de afirmación nacional, se les imputaba el querer traer la independencia por la cocina. De inmediato, los paralizaban. Todo como parte del juego electoral.
Cada vez que daban un paso afirmativo en busca de más poderes, de tratar de establecer relaciones con otros países, se les acusaba de querer jugar a la república. Le meten miedo al pueblo y la oposición lo capitaliza a su favor. Es como un chantaje. Como hacen ciertos grupos fundamentalistas con algunos políticos, que ceden a presiones, por miedo a perder votos, sembrando el prejuicio, el discrimen y la homofobia.
En medio de la debacle económica a la que nos enfrentamos y ante la posibilidad de que nos veamos en la disyuntiva de emprender otros senderos, por voluntad de la metrópoli y porque también lo deseemos, se escucha a los agoreros y sembradores de miedo.
“Aquí lo que va a venir es la independencia”, dicen algunos. Pero lo dicen en un tono tan tétrico y terrorífico, que estremece. La creencia generalizada es que los Estados Unidos tiene un plan para nosotros, más allá de imponernos la junta dictatorial y su intención de exprimirnos, hasta que paguemos la última gota a los acreedores.
Si es cierto que nos permitirán resolver nuestro destino, tendremos que decidirlo, sin miedo, ni coacciones. Solo habría tres opciones: la Independencia, la Estadidad o la Libre Asociación. Ya se escucha a los defensores de la colonia expresar que podemos seguir como hasta ahora… ¿subordinados y esclavos?
Fue refrescante escuchar a un congresista y aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, durante su visita a la Isla, hablar sin miedos, ni tapujos y de manera solidaria sobre la mayoría de los issues que nos agobian, mientras en las esferas de poder, se nos ignora.
La participación de independentistas, soberanistas y libres pensadores, que no tienen un dedo amarrado con nadie, en las reuniones con Bernie Sanders desataron la histeria y la crítica de algunos. Se les tildó de fanáticos, de indignos, de traidores, de estadistas, de socialistas...
Bernie Sanders es el “cuco” en este momento. Sus detractores en Puerto Rico, aseguran que su contrincante Hillary Clinton, va a ganar la nominación, pero que el fogoso senador demócrata, continúa en la contienda para “expandir el socialismo en Estados Unidos”. Eso es macarthismo.
En tanto, nos vemos inmersos en debates y primarias de candidatos que nos prometen nada, porque nada tienen que ofrecer. Primarias que nos cuestan un ojo de la cara...para nada.
Duérmete nene... que viene el cuco y te comerá.