Se fue como guineo en boca de vieja
Solo en Puerto Rico le llamamos ‘guineo’ a lo que en otros países se conoce como ‘banana’ o ‘plátano’.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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No hay que tener muchos dientes para comerse un guineo. Así que, en teoría, debe ser fácil, para una anciana desdentada, ablandar este fruto en su boca y tragárselo. De ahí la frase que usamos los boricuas cuando queremos decir que algo ocurrió sin mayor esfuerzo: “Se fue como guineo en boca de vieja”. Facilito. También existe la otra versión de la frase, pero con el mismo sentido: “Se fue como amarillo en boca de vieja”. Es lo mismo.
Esto me lleva al tema de los guineos. Para empezar, solo en Puerto Rico le llamamos ‘guineo’ a lo que en otros países se conoce como ‘banana’ o ‘plátano’. De hecho, hay una diferencia, para nosotros los boricuas, entre el guineo y el plátano: uno es la banana madura que nos comemos cruda, y el otro es el grande y verde que solemos freír para cocinar los ricos tostones. Pero en otros lugares, como España, el guineo se le conoce como plátano o plátano maduro, mientras que al plátano nuestro le dicen, simplemente, plátano verde.
La razón por la cual nosotros nos referimos al plátano maduro como ‘guineo’ es porque, en siglos anteriores, estas frutas llegaban a Puerto Rico en barcos provenientes del país africano llamado Guinea (igual que hicimos con la ‘china’ para referirnos a la ‘naranja’ que venía, lo adivinaste… de China). La creatividad del puertorriqueño es, pues, legendaria.
Retomemos el tema de los tostones. ¿Por qué le llamamos así a este alimento? ¿Tostón?
Tengo una teoría al respecto. Resulta que en las colonias españolas en América circulaba una moneda de plata, de forma redonda, llamada… ‘tostón’. Ese nombre venía del italiano (‘testone’), ya que ‘testa’, en italiano, significa ‘cabeza’, en referencia a la cabeza del rey que aparecía en las monedas de la época. Así pues, nuestro ‘tostón’, luego de machacado el plátano, tiene una forma circular parecida a esas antiguas monedas.
Por otro lado, está el rico ‘pionono’, ese delicioso manjar puertorriqueño hecho de plátano maduro y relleno de carne molida. En Puerto Rico, el pionono es una variación del piñón o pastelón de amarillos. Es una de mis recetas favoritas, servido con arroz y habichuelas y una buena raja de aguacate.
Ahora bien, si vas a España y pides un ‘pionono’, te van a servir un plato de repostería: es como un bizcocho enrollado, al estilo de lo que nosotros conocemos como brazo gitano, relleno de crema. Este bizcocho debe su nombre al papa Pio IX (Pio Nono, en italiano), a quien su creador le dedicó su dulce invento en un pueblo cercano a Granada, en el siglo XIX.
Es probable (y esta es otra teoría) que nuestro pionono derive su nombre del pionono español. El plato de repostería viene de la región de Andalucía, de donde embarcaron la mayoría de los colonizadores de España a Puerto Rico, durante siglos. El hecho de que ambos platos se refieren a un alimento enrollado (uno relleno de crema y otro relleno de carne) puede tener algo que ver con que compartan el mismo nombre.
Finalmente, las arañitas. Estas frituras hechas con plátanos verdes son una versión crujiente y creativa de los tostones. Su nombre se deriva de su forma, muy parecida a una araña con muchas patitas por los lados.
Llámale plátano verde, plátano maduro, banana o, simplemente, guineo; no cabe duda de que sus nombres son sinónimo de lo mejor de nuestra cocina puertorriqueña. Siempre que sirven en nuestras mesas, se suelen ir “como guineo en boca de vieja”.
Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
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