Plurales con personalidad
“¿Te has preguntado alguna vez por qué te pones ‘una falda’ (en singular), pero te pones ‘los pantalones’ (en plural)? ¿O la razón por la cual cortas con ‘las tijeras’, si es una sola?”
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Está el singular y está el plural. El primero es para referirse a algo único, mientras que el segundo es para referirse a algo múltiple.
Hasta aquí, todo bien.
Sin embargo, como suele pasar con todo en la vida, los absolutos no suelen existir y siempre se cuelan las excepciones. En el caso de los plurales, por ejemplo, no todo es lo que aparenta ser.
¿Te has preguntado alguna vez por qué te pones ‘una falda’ (en singular), pero te pones ‘los pantalones’ (en plural)? ¿O la razón por la cual cortas con ‘las tijeras’, si es una sola? ¿O a qué se debe que usamos ‘pinzas’, en plural, para sacarnos las cejas? ¿Y por qué te pones ‘las gafas’, como si fueran varias?
La explicación a este enigma es bastante sencilla: se suele utilizar el plural cuando nos referimos a objetos que tienen realidades simétricas. Así pues, los pantalones tienen dos piernas, el mecanismo de las tijeras y las pinzas es doble, y las gafas, al igual que los espejuelos, tienen dos lados iguales.
Ahí la explicación.
Puedes seguir añadiendo objetos: los calzoncillos, las pantaletas, las narices y las espaldas, entre muchas otras.
Entonces, ¿será un error decir todas estas palabras en singular? No, no sería un error. Muy bien puedes hablar del pantalón, de la pinza, del calzoncillo y de la espalda. Ambas formas son aceptadas en el uso cotidiano.
Otra curiosidad interesante del español, relacionada con este tema de los plurales que son singulares, son las frases ‘buenos días’, ‘buenas tardes’ y ‘buenas noches’ ¿Por qué se dicen en plural? Aunque es cierto que, en el caso de ‘buenos días’, también usamos la expresión ‘buen día’, lo normal es usar estos saludos en plural. En otros idiomas son en singular. Por ejemplo, en inglés decimos ‘good morning’, ‘good afternoon’ y ‘good night’ (no ‘good mornings, afternoons o nights’). Igual pasa con el francés, el italiano y muchos otros idiomas. Lo cierto es que, cuando vemos a alguien por la noche, le estamos deseando que esa noche sea buena, no todas las de su vida. Una explicación es que este tipo de plural, conocido como ‘expresivo’, no tiene una finalidad de establecer cantidad, sino intensidad.
De ahí es que vienen otras expresiones tales como ‘mis condolencias’, ‘felicidades’, ‘saludos’ y ‘felices pascuas’. En estos casos, el uso del plural es para darle énfasis a nuestros sentimientos y deseos.
¿Y qué ocurre cuando alguien cumple un nuevo año? ¿Por qué le deseamos un ‘feliz cumpleaños’, en plural, si a lo que nos estamos refiriendo es al año que acaba de cumplir? ¿No debería ser ‘feliz cumpleaño’, al igual que en inglés decimos ‘happy birthday’? La respuesta es, no.
La explicación tiene que ver con el uso de algunas palabras compuestas por un verbo y un sustantivo. Mira el patrón:
Un sacacorchos
Un portapapeles
Un cuentagotas
Un pasamanos
Otro tema que puede crear confusión con el asunto de los plurales son las palabras singulares que terminan con la letra ese. Por lo general, cuando ves una palabra terminada en ese, piensas que es plural. Sin embargo, no siempre es así. Por ejemplo, los días de la semana (lunes, martes, miércoles), terminan en ese, pero son singulares. Lo mismo pasa con la palabra ‘caries’ (termina en ese, pero es singular). En estos casos, se escribe de la misma manera el singular como el plural (el jueves, los jueves; la caries, las caries).
El idioma está lleno de sorpresas como estas, que aparentan contradecir la norma. Es otro elemento que hace de nuestra lengua una tan interesante de estudiar y analizar.
Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
En buen español
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