Me importa un …
¿Alguna vez te has preguntado qué es un bledo, un comino y un pepino angolo?
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Hay cosas en la vida que no te importan.
Y cuando de verdad algo no te importa en lo absoluto, sueles adornar tu indiferencia con algún “apellido” curioso.
Me importa un… bledo
Me importa un… comino
Me importa un… pepino angolo
¿Alguna vez te has preguntado qué es un bledo, un comino y un pepino angolo? A lo mejor te importe un rábano saber el origen de estas frases, pero de todos modos te lo voy a explicar, en caso de que decidas seguir leyendo…
Los vegetales han sufrido de la indiferencia de algunos, sobre todo de los niños. Hizo falta, por ejemplo, un personaje como Popeye para que el consumo de la espinaca lograra aumentar en los Estados Unidos. Algo parecido ha ocurrido con algunos alimentos.
El pepino angolo, por ejemplo, es una de esas frutas que, en verdad, no aparece con frecuencia en nuestra lista de compras. No tiene posibilidad de competir, ni remotamente, con el guineo, la mandarina ni las uvas. ¿Recuerdas la última vez que te comiste un pepino angolo? Vamos más allá… ¿sabes lo que es un pepino angolo?
El pepino angolo, también conocido como pepino zocato, tiene la forma de un güiro. Su cáscara es rojiza y su pulpa, amarillenta, con unas pepas negras grandes en su centro. Dicen que es una fruta muy buena para limpiar los riñones, sirve como diurético, reduce la presión alta y ayuda a aliviar el dolor de garganta.
Por su parte, el rábano es otro de esos alimentos que no consumimos con mucha frecuencia, a pesar de que tiene propiedades muy curativas. Esta hortaliza redonda y púrpura se recomienda para tratar afecciones hepáticas, trastornos digestivos y es recomendado para prevenir las mutaciones celulares que pueden causar cáncer. A pesar de todos estos beneficios, no podemos decir que el consumo del rábano sea muy elevado, por lo cual es un alimento que pasa inadvertido por nuestras vidas. De ahí la expresión “me importa un rábano”.
El bledo es otro de esos ingredientes que, pues, no nos quita el sueño. Al final de la película clásica Gone With the Wind (Lo que el viento se llevó), el personaje de Scarlett le pregunta a Rhett qué sería de ella si él la abandonara. Rhett le contesta “Frankly, my dear, I don’t give a damn”, lo que en español se traduce: “Francamente, querida, me importa un bledo”.
El bledo es, en realidad, una hierba mala que suele crecer en regiones secas en México. A pesar de aparentar ser insignificante, esta planta contiene propiedades nutritivas, entre ellas un alto nivel de proteínas y contiene más hierro que la espinaca (si Popeye se hubiese enterado…). Además, contiene un excelente balance de aminoácidos, minerales y vitaminas. No nos debería importar un bledo, el bledo.
¿Y el comino? ¿Tampoco nos importa? Esa es otra planta herbácea aromática que se utiliza como especia para darle sabor a nuestras comidas. En España se usa con frecuencia para sazonar las morcillas. Debido a que crece de forma abundante, su valor es mínimo. De ahí que tampoco nos importe un comino, el comino.
Finalmente, está el más grosero de los insultos: “Me importa un carajo”. En la época de las carabelas, el carajo era una canasta situada al tope del mástil desde donde un infeliz marinero debía pasar horas atento a avistar tierra en el horizonte. Nadie quería ir a ese lugar solitario y nauseabundo; a nadie le importaba el carajo. De ahí la connotación que tiene hoy día.
Son curiosidades de nuestro idioma. Espero que te hayan importado más que un pepino angolo ...
Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
En buen español
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