Recuerdo, como ayer, la llegada del año 2000. Estaba en la ciudad de Nueva York y en el Times Square se hacía un conteo regresivo para la llegada de un nuevo milenio.

Y esto no ocurría solo en Nueva York: en todos los rincones del mundo se hablaba del comienzo de una nueva década, de un nuevo siglo, de un nuevo milenio. Todos los medios de comunicación lo anunciaban como tal.

Sin embargo, lo cierto es que la fecha del 1 de enero del año 2000 no representó el comienzo de ninguno de ellos. La década, el siglo y el milenio comenzaron, en realidad, el 1 de enero del año 2001.

Estos momentos puntuales de nuestro calendario gregoriano comienzan, siempre, el primer día de un año terminado en 1 y finalizan, siempre, el último día de un año terminado en 0.

¿Por qué?

La explicación es sencilla. Para entenderla hay que utilizar una matemática simple.

El error se basa en partir de la premisa de que los primeros 100 años de la era cristiana comenzaron en el año 0, como suele ocurrir con la vida de cada uno de nosotros. Por norma general, cuando una persona llega al mundo, su nacimiento arranca con el día cero. Ese bebé cumplirá su primer año después de pasados los primeros 365 días desde el momento en que nació.

Pero esta realidad tiene una sola excepción: el nacimiento de Jesucristo.

El año en que nació el Hijo de Dios se registra en el calendario como el año 1, no como el año 0 como con el resto de los niños. De hecho, el 0 no existe en nuestro calendario: pasamos del año 1 antes de Cristo al año 1 después de Cristo. Esto puede estar relacionado con el hecho de que, en los números romanos, no existe el concepto del cero; esta idea solo llega a nosotros a través de los números arábigos que heredamos, muchos años después, con la influencia árabe en nuestra cultura.

Por lo tanto, el primer siglo de nuestra era cristiana comenzó en el año 1; el segundo siglo, que ocurrió exactamente 100 años después, se marcó a partir del año 101; el tercer siglo fue en el año 201 y así sucesivamente. Lo mismo pasa con las décadas y los milenios. Así pues, por ejemplo, la nueva década en que vivimos comenzó el 1 de enero de 2021 y terminará el 31 de diciembre del 2030.

Todo aquello que celebramos con bombas y platillos cuando llegó el primer día del año 2000 fue igual de equivocado que la falsa creencia de que ese día, también, se iban a dañar todas las computadoras del mundo (el famoso Y2K). Ese día, ni se dañaron las computadoras ni comenzamos una nueva década, ni un nuevo siglo, ni un nuevo milenio. Esa es la verdad.

Ahora bien, no confundamos el cambio, digamos, de una década a la próxima con la expresión común “vivimos en la década de los veinte”. En este caso, la palabra ‘década’ es utilizada para referirnos al paso de un periodo de 10 años, y ese transcurso del tiempo puede comenzar y terminar en cualquier momento. Podemos decir, por ejemplo, que “hace una década que no te veo” y referirnos a los diez años pasados entre el 2008 y el 2018. En ese contexto, podemos referirnos a ‘la década de los cincuenta’ como los diez años que comparten el mismo dígito en su decena (1950-1959, 1960-1969).

Añade este conocimiento a tu lista de dudas resueltas y celebra, correctamente, la llegada de la próxima década de nuestro calendario el 1 de enero del 2031.

¡Hasta entonces!