¿Te acuerdas de dónde estabas la noche del 31 de diciembre de 1999?

Si ya eras parte de este planeta, y tenías la edad para darte cuenta, seguro que sentías emoción y expectativa ante la inminente llegada del nuevo milenio. El mundo entero gritaba, bailaba, lloraba, brindaba. “¡Se va el siglo!”, decían unos. “¡Llega el milenio!”, gritaban otros. Y en medio de toda esa algarabía, muy pocos nos detuvimos a pensar si, en efecto, estábamos celebrando lo correcto.

Advertencia: no lo estábamos.

Aunque los medios lo anunciaban a los cuatro vientos y el planeta entero lo celebró con fuegos artificiales, la realidad es que el 1 de enero del 2000 no marcó ni una nueva década, ni un nuevo siglo, ni mucho menos un nuevo milenio. Fue simplemente… un nuevo año. Y sí, suena menos emocionante, pero es la verdad.

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¿La razón? Nuestro calendario, el gregoriano, nunca incluyó un año cero.

Fíjate en lo siguiente: hoy día, cuando una persona llega al mundo, su nacimiento arranca con el día cero del año cero. Es como un carro recién salido del concesionario, con cero millas. Ese bebé cumplirá su primer año luego de pasados los primeros 365 días desde el momento en que nació, ¿cierto? Así es en nuestros días, pero así no era antes.

La era cristiana en que vivimos comenzó en el año 1, no en el año 0. Saltamos directamente del año 1 antes de Cristo al año 1 después de Cristo sin pasar por el cero. El concepto del cero no existía en los números romanos que se usaban en aquella época, así que cuando se creó la era actual, simplemente ese número no se contempló. El cero llegaría mucho después, gracias a los árabes, quienes lo introdujeron en Europa tras haberlo heredado del sistema numérico hindú.

Por eso, el primer siglo fue del año 1 al 100; el segundo, del 101 al 200, y así por el estilo. Lo mismo aplica a las décadas y los milenios: siempre arrancan en años terminados en 1 y terminan en años terminados en 0. De ahí que el siglo XXI haya comenzado el 1 de enero del 2001, no en el 2000.

El problema es que estamos acostumbrados a pensar en décadas como los “setenta”, los “ochenta” o los “dos mil”, y eso nos confunde. Pero en términos técnicos, la década actual —la que vivimos ahora mismo— comenzó el 1 de enero de 2021 y terminará el 31 de diciembre del 2030. Espero no haberte dañado el brindis que diste en el 2020...

Y para colmo de confusiones, ese 1 de enero del 2000 también venía cargado con el famoso susto del Y2K. ¿Lo recuerdas? Que si las computadoras iban a explotar, que si los bancos se iban a fastidiar, que si los aviones se iban a caer del cielo. Nada de eso pasó. Fue un papelón tecnológico global… y una celebración de milenio equivocada. Bueno, equivocada desde el punto de vista cronológico, porque recuerdo que la fiesta estuvo buenísima… y eso es lo que importa.

Así que ya sabes: la próxima vez que llegue “un cambio de década”, revisa bien el calendario antes de sacar el confeti. La próxima década de verdad empezará el 1 de enero de 2031. Si lo celebras antes es porque te olvidaste de todo lo que te expliqué aquí.

Y mientras tanto, guarda este dato en tu arsenal de curiosidades para la próxima conversación con café, vino o agua, si es que estás en modo saludable. Porque sí, lo del 2000 fue, sin duda, la gran mentira del milenio.