Estas palabras existen, aunque no lo creas
No todo lo que aparenta ser un error, en realidad lo es.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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El propósito de este artículo es sorprenderte.
Te voy a presentar una lista de palabras que jamás imaginaste su existencia, pero que han sido debidamente incorporadas como parte de nuestro lenguaje. Muchas de estas palabras provienen de otros idiomas y han sido españolizadas. Si tienes dudas de si te estoy tomando el pelo o no, te invito a que las busques en el Diccionario de la Lengua Española en www.rae.es. Verás que te estoy diciendo la verdad.
Comencemos…
ICEBERG - Si aquel marinero que estaba en el puesto de observación en el trasatlántico Titanic hubiese hablado español, seguro que hubiese gritado: “¡Iceberg, justo delante!”. Pero, cuidado… la palabra iceberg debes pronunciarla en español. Inténtalo de nuevo. También existe, por supuesto, el término témpano de hielo.
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GÜISQUI - Cuando vayas a escribir tu lista de compras del supermercado, asegúrate de incluir una buena botella de güisqui… sí, así, escrita en español. El nombre de esa bebida espirituosa viene del inglés ‘whiskey’ y esta, a su vez, del celta ‘uisge beath’, que significa “agua de la vida”.
BAIPÁS - Cuando las venas se tapan, hay que hacer un procedimiento para desviar el flujo de la sangre por otro conducto. En inglés le dicen ‘bypass’, pero esta es otra palabra que se ha castellanizado. También puedes usarla para referirte a desvíos en las carreteras (“Me fui por el baipás de Ponce”).
ESTRÉS - El trabajo suele producir mucho estrés. La palabra viene del inglés ‘stress’ y está aceptada si se escribe tal como se pronuncia en español. Cuando un término ha sido españolizado y reconocido por el diccionario, no es necesario escribirlo entre comillas ni en itálico.
BIDÉ - Esta palabra viene del francés ‘bidet’. Se refiere, por supuesto, al aparato que suelen tener algunos baños y sobre el cual las personas se sientan para su higiene íntima. Todos los baños en las casas deberían tener un bidé.
BUFÉ - Al igual que bidé viene del francés ‘bidet’, bufé viene del francés ‘buffet’. Es la manera correcta de referirnos en español a la comida presentada en una o varias mesas, sobre todo en hoteles y en actividades sociales.
BEICON o BACÓN - Siempre puedes pedir tus huevos revueltos con tocineta, pero si quieres llamar la atención, pídelos con beicon o con bacón. Si te corrigen, abre la aplicación en tu teléfono del ‘Diccionario de la lengua española’ (búscalo bajo DLE) y muéstrales que, en efecto, estas palabras aparecen reconocidas.
CHEQUEAR - Aunque no lo creas, el verbo chequear existe y está reconocido como una traducción correcta al español del inglés ‘to check’. Así que puedes decir, sin miedo a equivocarte: “Oye, primo… chequéate esto”.
ESTRIPTIS o ESTRIPTÍS - Eso que te han contado o que quizás has visto en alguna película, en que una persona se va quitando la ropa lentamente, de manera seductora, al son de una música provocadora, pues tiene su término en español. Puedes pronunciarlo con fuerza en la penúltima o en la última sílaba, y ambas son correctas. Vienen, por supuesto, del inglés ‘striptease’.
TIQUE - ¿Compraste el tique del concierto? Sin duda tienes otras opciones de términos como billete, boleto o entrada, pero puedes añadir este españolismo del inglés ‘ticket’ a tu repertorio.
YÓQUEY o YOQUI - Si te gustan las carreras de caballos, pues entonces sabes que, en inglés, al jinete le dicen ‘jockey’. Tienes la opción de castellanizar ese término, con la ortografía española, y no estarás cometiendo un disparate (aunque lo parezca).
Bueno, espero haberte sorprendido con alguna o con todas estas palabras. Recuerda que no todo lo que aparenta ser un error, en realidad lo es…
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Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
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