Estamos a solo cinco días de unas elecciones que prometen ser históricas para Puerto Rico y los Estados Unidos. No se habla de otra cosa en los medios tradicionales, las redes sociales y la calle. Sin embargo, dentro de todo eso que se dice y se escribe, se cuelan algunos errores que, hoy, quiero aclarar contigo.

Comencemos con un error muy común. El ciclo de cuatro años entre cada elección se llama cuatrienio, con ‘i’, y no ‘cuatrenio’ como se suele escuchar, en ocasiones, en los medios de comunicación. Es curioso que la forma más lógica para referirse a un periodo de cuatro años es ‘cuadrienio’, con ‘d’ en vez de ‘t’, que es la construcción más parecida a otras como ‘cuadriculado’, ‘cuadrilátero’, ‘cuadriplicar’, etc. El término ‘cuadrienio’ existe y aparece registrado en el diccionario, aunque no es de uso común.

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A menudo se escucha que un candidato ‘corrió’ para la alcaldía de una ciudad. Esa expresión es una traducción literal del inglés ‘run for office’; en español, se recomienda decir que el candidato se postuló para un cargo.

Tú, como elector, tendrás que tomar una decisión de por quién votar. No es recomendable decir que vas a ‘hacer una decisión’, que es otro calco del inglés ‘make a decision’.

A menudo se menciona la llegada de los ‘comicios electorales’. Esa frase se considera redundante, ya que la palabra ‘comicios’ se define como: “Elecciones para designar cargos políticos”. Por lo tanto, todos los comicios son, por definición, electorales. El término siempre se escribe en plural (ej. “El 5 de noviembre se celebrarán los comicios en Puerto Rico”).

Luego de culminadas las elecciones se anunciarán los ganadores. Entre ellos estará el gobernador electo o la gobernadora electa. La palabra ‘electo/a’ es un adjetivo que se refiere a la persona que fue elegida para un puesto del que todavía no ha tomado posesión. Así pues, la persona que gane el próximo martes será el/la gobernador/a electo/a hasta el 2 de enero de 2025 en que juramente y tome posesión de su nuevo cargo. A partir de ese día será, simplemente, el gobernador o la gobernadora.

Una persona que asume un puesto electivo en el gobierno, incluyendo gobernadores, legisladores, alcaldes y asambleístas municipales, automáticamente recibe el título de honorable. Es importante recordar que lo que es honorable es la persona, no el cargo que ocupa, por lo cual lo correcto es incluir el título antes del nombre, no antes del puesto. Por ejemplo, sería incorrecto decir “Les presento al honorable alcalde, José Pérez”. Lo correcto es: “Les presento al honorable José Pérez, alcalde”.

Al llegar un nuevo incumbente a la gobernación, su predecesor se convierte en exgobernador. Los prefijos, en español, siempre van junto a los puestos que acompañan (a diferencia del inglés que se escriben separados por un guion). En inglés, por ejemplo, se dice que Kamala Harris es ‘the Vice-President of the United States’, mientras que en español decimos que ella es la vicepresidenta.

En el párrafo anterior escribí la vicepresidenta en vez de la vicepresidente. Aunque las normas gramaticales establecen que las profesiones terminadas en ‘e’ son comunes en cuanto a género (el/la gerente, el/la conserje), existe una excepción con algunas profesiones como ‘presidente’ en que se acepta, y se prefiere, la forma terminada en ‘a’ para referirse al femenino. La Real Academia Española ha registrado el término ‘presidenta’ desde su Diccionario de 1803 y, hoy día, es de uso mayoritario.

Esta era la información que te faltaba en preparación para los comicios del martes. Ahora no hay excusa… ¡Sal a votar!