¿Es verdad que los colombianos son los que mejor hablan el español?

Pues, no.

No hay un país que hable mejor y otro peor.  Eso no existe.  En Colombia hablan el español correcto para hacerse entender, igual que ocurre en España, en Chile, en Cuba y en Puerto Rico.  

Por cierto, ¿qué es el mejor español? ¿Cómo se define?  ¿Por el acento?  No hay un acento correcto.  Todo acento es producto de la influencia histórica y cultural del país y de la región de donde proviene.  Si en Puerto Rico decimos ‘deo’ en vez de ‘dedo’ es porque lo heredamos de la forma de hablar de nuestros colonizadores andaluces, que hablan así.  Todos los países hispanoparlantes tienen acentos peculiares y formas únicas de expresarse.

El español no es otra cosa que un instrumento para comunicarse; en ese sentido, si una sociedad es capaz de comunicarse efectivamente entre sí de manera que el que expresa una idea es entendido por el que recibe el mensaje, entonces la herramienta del español fue efectiva.  Puede haber personas que se expresan mejor que otros, según sea su nivel de educación y su vocabulario, pero aquí no estamos hablando de los individuos sino del colectivo.  

El mejor español es el que es capaz de entender una comunidad. Mi amigo Arturo, quien es madrileño, se entiende de mil maravillas con otros madrileños cuando van a comerse unas tapas juntos en alguna tasca.  Las veces que me he unido a compartir con ellos, me pierdo entre el uso de palabras como ‘chavales’, ‘cabreado’, ‘patatas’, ‘gambas’ y ‘zumos’.  Cuando Arturo viene de visita a Puerto Rico, es él que se pierde entre ‘chamacos’, ‘enfogonado’, ‘papitas’, ‘camarones’ y ‘jugos’.  Ambos, al final, estamos diciendo lo mismo, pero nuestro vocabulario es distinto.  ¿Acaso ellos están bien y nosotros mal?  La respuesta es obvia: no.

Los que hablamos español no somos los únicos que nos enfrascamos en estas discusiones de qué país o región habla mejor un idioma.  Recuerdo una conversación que sostuve hace algún tiempo con un inglés, que decía sentirse indignado por la manera en que los estadounidenses habían destruido su idioma.  Según él, los mejores que hablan inglés son, pues, los británicos.  Me daba como ejemplo el hecho de que en Inglaterra se dice “hello” cuando se va a saludar a alguien, mientras que los estadounidenses dicen “hey, what’s up man?”.  Él consideraba vulgar esa manera de expresarse.  ¿Tiene razón mi amigo? ¿Los británicos hablan bien el inglés mientras que los estadounidenses hablan mal?  La respuesta es, de nuevo, no.  Las culturas son diferentes, pero no existe una mejor que la otra.  

En Puerto Rico, el mejor español del mundo es el puertorriqueño, porque es el que conocemos, el que entendemos, el que nos define como pueblo. Tenemos cerca de 19,000 palabras que son nuestras, de aquí, según lo establece el ‘Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico’.  Ahí están los ‘caculos’ de la vida, y los que tienen ‘babilla’, y los ‘cabeciduros’ que nos vuelven locos, y los ‘jaibas’, y el ‘mabí’ y un largo etcétera.  ¿Acaso estas palabras boricuas son menos correctas que las palabras colombianas ‘barbichona’ (mujer con cara de Barbie y cuerpo de lechona), o ‘emberracarse’ (enfurecerse), o ‘sapear’ (acusar)?  

La verdad es que en ningún lado se habla un mejor español; el mejor español es el de uno, el que usamos para comunicarnos entre nosotros, el que todos, los de una misma región, entienden.

Así que la próxima vez que te pregunten, contesta que, para nosotros los boricuas, dentro de nuestro país, el español de Puerto Rico es el mejor del mundo. 

Esa, mi pana, es la que hay.