Los deportes, las artes, las ciencias y las matemáticas rescatan a nuestros niños y jóvenes de las calles. Recientemente, el furor del Clásico Mundial y el amor por el equipo nacional de Puerto Rico lograron lo que nuestros políticos llevan años tratando de descifrar: ¿cómo combatir la violencia?

Y es que, durante tres días, en Puerto Rico no se reportó ningún crimen, y esto gracias a que teníamos a un país entretenido y pendiente a otra cosa que no fuera la calle.

Es de conocimiento popular que la violencia es la orden del día en nuestro país. Llevamos años intentando encontrar cómo erradicar esta dura realidad y qué estrategias poner en práctica. Conversaba con mis estudiantes sobre la importancia de los deportes y de las artes escénicas en nuestros jóvenes. También conversaba sobre cómo esto rescata a nuestra juventud de las calles y lo imperativo que es que el sistema invierta más en lo deportes y en las bellas artes.

La mayoría de las veces la soga siempre parte por lo más fino, pues estas dos ramas sufren cortes radicales en sus presupuestos. De igual forma, la mayor parte del tiempo el sistema de educación no le da la importancia que se merece. Un ejemplo concreto es la cantidad de maestros de educación física que tienen que sacar de sus ingresos para regalarle calzado deportivo a sus estudiantes y hacen de tripas corazones para conseguir donaciones de uniformes y equipo deportivo.

Recientemente, leí una publicación en las redes sociales de un maestro de educación física solicitando apoyo para suplirle materiales a sus estudiantes. ¿Dónde está la ayuda del Departamento de Educación o de Recreación y Deportes?

Muchos niños y jóvenes tienen que abandonar sus equipos deportivos, pues no cuentan con los recursos económicos para cubrir los gastos de uniformes, calzado deportivo, balones, entre otros. Entonces, muchos de ellos optan por la calle como medio de escape.

Se entiende por violencia “el uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad que tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo”.

En ocasiones es el producto de la evolución cultural donde se forma o construye a la persona desde los hábitos violentos y trae consigo consecuencias que impactan la salud física y emocional.

Es un acto aprendido, que por lo tanto tiene solución y puede ser combatido. Una de las posibles soluciones ocurre desde el campo educativo y cultural. Es decir, que podemos crear proyectos educativos que fomenten la reducción de la violencia a nivel de país y de igual forma, podemos utilizar actos culturales como agente de cambio.

Otra posible forma de prevenir y combatir la violencia es identificando aquellos factores de riesgo, entre los que se encuentran; las armas de fuego, las drogas, el alcohol, las desigualdades económicas, la desigualdad de género, la falta de tolerancia, entre otras. Es necesario que el Estado tome parte activa a través de la construcción de políticas sociales, programas de salud y la implementación de programas escolares que fomenten una cultura de respeto e igualdad.

Nuestro Team Rubio, sin proponérselo, se convirtió en ese agente de cambio que permitió que nuestras calles estuvieran libres de violencia durante unos días. Son un ejemplo para nuestra juventud. ¡Gracias por la gesta! ¡Gracias por sudar la patria y hacernos vibrar junto a ustedes!

En nuestras escuelas y comunidades están los niños y jóvenes de hoy, quienes serán los Yadier Molina, Javi Báez, Francisco Lindor, José de León, los hermanos Díaz, los “Machete” Maldonado, del mañana. ¡A trabajar por ellos!